El joven italiano Fabio di Celmo era un gran admirador de Cuba, de su Revolución y de su gente y por eso, decidió viajar a la Isla para conocer de primera mano sus realidades y estrechar lazos de amistad con su juventud.
Pero esos sueños de Fabio fueron tronchados la tarde del 4 de diciembre de 1997 cuando las metrallas de un petardo que explotó en el Lobby del Hotel Copacabana, donde se alojaba, penetró en su cuerpo dejándolo sin vida a la edad de 32 años.
Ese mismo día se produjeron en La Habana otras explosiones en los hoteles Tritón y Chateau Miramar y en el restaurant de la Bodeguita del Medio, sin que se produjeran víctimas, aunque sí daños materiales a esas instalaciones turísticas.
El autor de esos hechos, el terrorista de origen salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, quien se encontraba en Cuba como supuesto turista, fue apresado ese mismo 4 de septiembre confesándose como autor directo de los atentados a los hoteles y de hecho, asesino del joven italiano Fabio di Celmo.
Sin embargo, el autor intelectual de esos hechos, quien contrató, pagó y suministró los explosivos al salvadoreño, no fue otro que el siniestro terrorista internacional Luis Posada Carriles, responsable de la voladura de una avión de Cubana en Barbados en octubre de 1976, donde perecieron 76 personas.
Entonces dijo el asesino Carriles que Fabio estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada y nisiquiera lamentó la muerte del joven italiano como no lo hizo nunca por el crimen de Barbados, ni por tanto dolor y llanto que sus acciones e han causado a los cubanos.
El propio padre de Fabio, Giustino di Celmo declaró en una ocasión “¿Hasta cuando Estados Unidos intentará engañar a los pueblos del mundo, acusando a Cuba de sembrar el terror, cuando ellos han asesinado a miles de personas inocentes en Iraq, Afganistán y Libia?”
26 años después del atentado terrorista que costó la vida al joven italiano Fabio di Celmo su nombre está unido al de las más de 3 MIL víctimas cubanas que han fallecido a causa del terrorismo y por eso, siempre será recordado.
