Las redes sociodigitales ofrecen un nuevo espacio de confrontación a la opinión pĆŗblica desde la participación ciudadana, donde la comunicación hace Ć©nfasis en la interacción tanto fĆsica como presencial. El nuevo sistema digital abre la brecha a un proceso de comunicación inclusivo y comprehensivo, en donde los sujetos llegan a tener la posibilidad de convertirse en seres independientes y creativos. Estos intercambian contenido a travĆ©s de códigos propios que, a pesar de no llegar a ser comprendidos por todos, llegarĆ”n a ser aceptados y tolerados. Se ha generado que la prĆ”ctica comunicacional sea cada vez mĆ”s diversificada.
Cuba no escapa de la avanzada hibridez de los medios de comunicación tradicionales con nuevos modos de producción y apropiación informativa, especialmente digitales. Por tanto, la creación de una Ley de Comunicación Social permitirĆ” que en nuestro paĆs la comunicación sea mĆ”s mediĆ”tica, organizacional, comercial e institucional, pero sobre todo representativa. Pues esta es resultado de un amplio y riguroso proceso de construcción colectiva y especializada.
Hablamos de una ley histórica porque es la primera en el Ć”mbito de la comunicación derivada directamente de la Constitución. La ley anterior mĆ”s duradera data de 1886, la Ley de Imprenta, que regulaba la producción periodĆstica para Cuba y Puerto Rico. Luego se hablaba de leyes de segundo orden y regulaciones administrativas. En 1952 despuĆ©s del Golpe de Estado de Fulgencio Batista, se estableció el Ministerio de Propaganda luego convertido en Ministerio de Información, el cual duró muy pocos meses hasta el asalto al cuartel Moncada en 1953. Fueron tiempos de censura para silenciar y amaestrar a la población, que persistieron hasta el triunfo de la Revolución en 1959.
La ley de Comunicación Social es un anhelo de muchos años, que ahora necesita de capacidad para implementarla. Apropiarnos de ella requiere transformar maneras de pensar y funcionar. Contar con ella tal como estÔ formulada es una necesidad fusionada, pues permite estructurar los Ômbitos comunicacionales en pos de una sociedad mÔs democrÔtica y con mayores niveles de justicia social.