domingo 03 agosto 2025

Antonio Maceo, orgullo eterno de los cubanos

En cada época de la nación cubana se han producido hechos, que no solo han dejado su impronta en determinado contexto histórico, sino que han  trascendido siglos, porque trazan pautas,  revelan valores e inciden en la conformación de la identidad de hombres y mujeres, fruto de los propios acontecimientos sociales.

La historia de Cuba exhibe muchos procesos con poderoso influjo en el carácter y determinación de los cubanos ante la defensa de su tierra. Por eso cuando se habla de la Protesta de Baraguá, acontecida el 15 de marzo de 1878, no existe hijo de este país que no se sienta identificado con la postura del Mayor General Antonio Maceo, cuando no entregó a la Patria ante la burda propuesta del colonialismo español.

Según se conoce, en el curso de la guerra de 1868, liderada por el Ejercito Libertador, se habían experimentado algunos avances, pero pasado cierto tiempo, se advirtieron en las tropas, manifestaciones de falta de confianza, desunión y caudillismo, caldo de cultivo para que, los enemigos de entonces, hicieran una propuesta de “paz”, justo en el momento en que los mambises reasumían la iniciativa en Oriente y Las Villas.

La referencia no es casual, un día como hoy, 14 de junio, hace 178 años, nace para orgullo eterno de Cuba, Antonio Maceo y Grajales, quien no anidaba razón más poderosa que defender a la Patria. Por eso, aún sabiendo que la Revolución había perdido fortaleza, se sobrepone por encima de todos los obstáculos y proclama su posición irrefutable de  combatir. Con su vigoroso ejemplo arrastra a jefes, oficiales y soldados, y levanta el patriotismo lastimado.

Así constató el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al cumplirse el centenario de este hecho cuando dijo: “(…) con la Protesta de Baraguá, llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, a su cumbre, el espíritu patriótico de nuestro pueblo; y… las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto”.

Y es que, al negarse al oprobio de dejar caer el machete, con costo a la libertad, Maceo no solo salvaba el honor de Cuba y su Ejercito Libertador, sino legaba el espíritu de jamás rendirse, ni darse por derrotado, lo que siempre ha identificado a los cubanos ante todas las adversidades.

Sucede que los desafíos que ha tenido que enfrentar este heroico pueblo, lejos de amilanarlo, han contribuido a consolidar sus ideales revolucionarios, al tiempo de propiciarle una fortaleza titánica ante situaciones de crisis. Por eso no sorprende, momentos como los actuales, que, ante el sufrimiento de un bloqueo asfixiante, la inmensa mayoría de los cubanos no se detienen para vencer la crisis económica con audacia y voluntad, porque siguiendo el espíritu mambí y de los revolucionarios de la gesta continuadora, ¡aquí no se rinde nadie!

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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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