Alto Songo es tierra del son

El son es otro de esos misterios nacionales, la música que, según expertos, debió nacer en el Oriente cubano, sitúa raíces en lugares inciertos. Raúl Fernández Martín, autor de Ontología del son y quien, por cierto, nació en el mismo sitio de Eliades Ochoa en 1945, dice que pudo haber surgido aquí en Alto Songo.

Alden González, también con raíces en Alto Songo, fue el de la idea de crear un día para rememorar este género musical que define a Cuba. González, me relató en una entrevista para la revista AMPM, su satisfacción por la llegada de un día para regocijar al son cubano.

Corren tiempos de cambio, la humanidad pierde trabajos ante las máquinas, la mayoría de los hits internacionales se hacen con máquinas y, para colmo, ya hay un musical, una fake música con las voces de Drake y The Weeknd que se hizo viral; en ese entorno, con Chat GPT, Bing Chat o Bard y todo lo que ha traído el siglo XXI. Hay son.

No confundamos las cosas, no solo hace son el Septeto Santiaguero, la timba y la salsa son también son con ropajes modernos, pues este género desde las bungas ya comenzó a buscar mejores caminos. Ahí están los septetos que llegaron luego del Cuarteto Oriental, los conjuntos al estilo de Arsenio Rodríguez, las jazz bands.

El son que además tuvo en Matamoros influencias trovadorescas o de la rumba con El Septeto Habanero. El son es dúctil, se recoloca en el tiempo, aun hoy cuando son las máquinas las que apuntan a modelar cada pastel. Este es un género polémico respecto a su nacimiento; han surgido dudas porque, según investigadores, piezas que se apuntaban al oriente anterior a 1906 (fecha también polémica) se encontraron en Occidente.

Como mismo hubo aquella sonada disputa en torno al Son de la Mateodora, que Alejo Carpentier citaba como sonido primario y resultó, según Alberto Muguercia, un apócrifo.

Igual vivimos aquella negación de la salsa que aún persiste, y musicólogos como Helio Orovio aseguraban que era son. Grandes al estilo de Tito Puente dijeron que la salsa solo existía en los espaguetis, pero la verdad es que siempre ha habido son, al menos desde principios del siglo XX, según algunos, luego de 1906 cuando se creó el Ejército Constitucional, asunto que Leonardo Acosta pone en dudas.

Lo que sí es cierto es que somos nosotros quienes debemos custodiar al son. No solo crear su día, las localidades, sus gobiernos e instituciones deberían hacer más por el género, que es, al fin y al cabo, definitorio de la cultura nacional. Si esperamos que venga desde arriba la orden o el pecunio hacemos mal.

En Alto Songo hay la Casa de la Trova y la casa de Eliades Ochoa, y estos nombres, solo algunos, Raúl Fernández, Eliades Ochoa y Alden González, cada uno en su momento o magnitud, pero todos relacionados con una de las músicas capitales de este país: el son.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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