martes 26 agosto 2025

En Duaba también se salvó la Revolución Cubana

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Granma
Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Al obelisco en Duaba, hoy Monumento Nacional, se acude todos los años; no por formalismo y sí por compromiso, para preservar en la memoria colectiva un hecho fundacional de la historia épica por la libertad de la nación

Por Dairon Martínez Tejeda

En Duaba también se salvó la Revolución Cubana, hace 128 años. Allí renació, dentro del pueblo, la esperanza martiana de que sí era posible luchar y vencer al coloniaje, para construir esa república con todos y para el bien de todos, en la cual la dignidad plena del hombre fuese el culto fundamental y un derecho inalienable.

La llegada de Antonio Maceo, de José Maceo y de Flor Crombet marcó un momento clave en esa Guerra necesaria que, con tanto detenimiento y sacrificios, organizó Martí entre la migración cubana en el exterior y los patriotas al interior de la Isla.

La senda no sería fácil. Los obstáculos tampoco faltarían, pero la voluntad irredenta de aquella tropa que vino en la goleta Honor, y de quienes aguardaban el grito de ¡Al machete, libertad o muerte!, doblegó el mar bravío, el mal tiempo, el primer combate en Alto del Pino (apenas una hora después de haber pisado las arenas de Duaba), el hostigamiento incesante de las fuerzas colonialistas, las lomas y los senderos abruptos.

Sin Duaba no habría sido posible la derrota que sufrió el imperio español en la guerra que organizara nuestro Héroe Nacional, aquellos hombres que supieron cumplir con creces la conminación de Martí de que la dirección viajaría a Cuba en una cáscara o en un Leviatán, o en una uña.

Ese sitio de la Patria es fuente de eterno honor y renovada esperanza, tanto así que, hace 120 años, constituye un sagrado homenaje acudir a Duaba cada 1ro. de abril, en peregrinación popular, para rendir tributo a los mártires de esa epopeya; una tradición que inició en 1903, cuando veteranos de las guerras de independencia llegaron, a caballo, hasta la zona del desembarco.

Al obelisco en Duaba, hoy Monumento Nacional, se acude todos los años; no por formalismo y sí por compromiso, para preservar en la memoria colectiva un hecho fundacional de la historia épica por la libertad de la nación. Allí alimenta el espíritu guerrero de quienes fueron protagonistas, y es como si se oyera, entre las rocas de la costa y el rumor de las olas, lo que el Generalísimo Máximo Gómez pareció decirnos para todos los tiempos: «para la Patria se debe vivir glorioso, no queda otro camino en estos momentos de pura acción».

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