Santiago de Cuba, 21 sep.— Luego de cinco meses de haber sido objeto de una reparación integral, la panadería “La Estrella”, perteneciente al Distrito número dos del umnicipio de Santiago de Cuba, busca ante la actual coyuntura pandémica vías más efectivas para satisfacer las necesidades alimenticias de la población, en especial de sus más de 2 mil núcleos, así nos comenta el Ing. Alexis Ramos Vinent, Director Municipal de la Industria Alimentaria en la provincia.
“Nuestra unidad básica ha tomado una serie de medidas organizativas en aras de facilitarle y acercarle a la población los servicios básicos que prestamos, específicamente a nuestros 5 365 consumidores para los cuales hemos diseñado la venta de módulos a raíz de la posibilidad que tiene la empresa de crear variedades de surtidos. Aquí se prepara el módulo, se censa a través de la libreta del consumidor y se va entregando de conjunto con los factores de la comunidad rotativamente para abastecer a todos los núcleos al cabo del cierre del mes.
«Empezamos la producción en horario de la noche para que la mayor cantidad de la producción amanezca lista, para en el horario establecido hasta las 11 de la mañana expender a través del mostrador o los carritos de domicilio las producciones que se realizan en nuestra unidad, cumpliendo sobre todo con las normas higiénicos sanitarias establecidas, para así evitar la transmisión de alguna bacteria o alguna enfermedad».
Con este servicio se ofrece una gran variedad de productos, con precios normados y asequibles para la población, aspecto acerca del cual nos habla Euris Bell Betance, Administrador de la Panadería 035 La Estrella:
“Dentro de nuestra producción ofrecemos el pan de población de 80, 87, 200, y 1200 gramos, además de los panes de formas variadas y las galletas cristinas. En ocasiones nos dirigimos también a las dulcerías ofreciendo pastas secas como los mantecados y las pastas cubanas. Porciones liberadas que se expenden con un precio de acuerdo a su gramaje: el pan de 1200 a 30 cup, el de 200g con un coste de 5 pesos, la galleta Cristina y el pan de 87 g con un valor de 2 cup cada uno”.
A pesar de todo el trabajo desarrollado hasta ahora, aún se aprecian algunas insatisfacciones en la población en cuanto al peso y la calidad final de dichos productos alimenticios, a lo que se le añade el incumpliendo del horario establecido para la venta según las medidas establecidas en medio de la actual situación epidemiológica que atraviesa la provincia.
“Las razones fundamentales de las quejas de la población se basan en el tema de la calidad de las producciones, en lo que influye directamente la calidad de la materia prima que utilizamos. Actualmente trabajamos al 100% con la harina nacional, que está por debajo del 8 % de gluten lo que requiere elevar la capacidad y la inteligencia de los maestros panaderos empleando todos los recursos, tanto tecnológicos, como de materias primas para que la producción llegue con una mayor calidad al pueblo; lo cual constituye un reto para nosotros, al que le ponemos mucho empeño y corazón”, explicó el Director Municipal de la Industria Alimentaria, quien además señaló que:
“Dado que el nivel de consumidores es bastante elevado y el núcleo productivo en el cual se desarrollan las actividades compiten con muchos factores internos y externos que lo afectan, como la falta de fluido eléctrico, pues la mayoría de los servicios que prestamos son con hornos eléctricos, por lo que se entorpece el proceso de producción, en cuanto a la cantidad”.
Servicio de panadería que afronta día a día las dificultades existentes dentro del sector alimentario, asumiendo como principal compromiso seguir laborando por elevar los estándares de calidad de cada una de sus producciones, en especial del pan normado, un producto altamente demandado y de vital importancia dentro de cada una de las casas de nuestra población santiaguera. (Meylan Nancy Martínez Rivero)