La Habana, 19 jul.— La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y los sindicatos nacionales, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organizaciones que agrupan a millones de cubanos y cubanas, condenaron enérgicamente, mediante declaraciones, los hechos vandálicos cometidos el pasado 11 de julio, incitados desde Estados Unidos.
TRABAJADORES EN LA PRIMERA LÍNEA
Al rechazar los disturbios, la CTC y el movimiento sindical fijaron, en su declaración, el respaldo al Partido, al Gobierno y al pueblo de Cuba, en la contundente respuesta dada, con la activa participación de los trabajadores, a sujetos que, de forma sistemática, han estado promoviendo la contrarrevolución.
Precisaron que tales acciones, sustentadas en una bien orquestada campaña mediática diseñada por el imperio en medio de la covid-19, encuentra caldos de cultivo en el recrudecimiento del bloqueo, en las más de 240 medidas dictadas durante la administración de Donald Trump, y demás acciones dirigidas a provocar un estallido social en la Isla.
Al alertar sobre las implicaciones que de ello podrían derivarse, junto a las voces más reaccionarias de cubanos residentes en Estados Unidos clamando por una «intervención humanitaria», la CTC y los sindicatos nacionales proclamaron ante el mundo que están dispuestos a defender las conquistas de la Revolución a cualquier precio.
Lo que Cuba necesita –reclamaron–, es que se elimine el bloqueo y cesen las hostilidades desde ee. uu., lucha en la cual el movimiento sindical cubano agradece el apoyo patentizado por las organizaciones sindicales y amigos del mundo a través de mensajes solidarios.
MUJERES EN REVOLUCIÓN
Frente al propósito de los enemigos de la Revolución de socavar el orden y sabotear la tranquilidad de nuestras familias, en medio del duro empeño del pueblo por revertir la compleja situación de la pandemia, la Federación de Mujeres Cubanas declaró, en nombre de sus más de cuatro millones de integrantes, que no están dispuestas a entregar la libertad y la gloria ganada.
«Sin la menor muestra de escrúpulos, quienes irrumpieron en las calles alterando el descanso dominical de las familias cubanas, han mezclado acciones disidentes con actividades de bandidismo, violencia, robo y delitos de la peor calaña, con el único propósito de empañar ese esfuerzo de nuestro Gobierno y la mayoría del pueblo, en la construcción de una sociedad cada día más justa e inclusiva.
«Al imperio y sus lacayos les duele la Cuba solidaria, que comparte con países amigos lo que tiene, salva vidas, investiga y llega a grandes resultados: primer país de América Latina y el Caribe con una vacuna contra la covid-19, Abdala; junto a cuatro candidatos vacunales. Los resultados están ahí y nos los quieren escamotear. Tampoco hablan de otras justas verdades como es la emancipación de la mujer, la educación gratuita para todas las personas sin distinción, el desarrollo de habilidades sociales, étnicas, artísticas, y otros logros en que esta Cuba pequeña e inmensa se crece, para alcanzar sus metas y compartir con el Caribe, la América de Bolívar y otras partes del mundo.
«Desde la sabiduría, desde la emoción, desde la responsabilidad y el compromiso de las cubanas, ratificamos que defendemos la Revolución, por nuestros hijos e hijas, por las mujeres valientes que nos antecedieron en nuestras luchas, porque esta Revolución se hizo por los humildes y para los humildes, porque es perfectible y jamás abandona a su pueblo en los momentos más difíciles», reafirmó la FMC.
HEREDEROS DE MAMBISES
Creados por Fidel para salvaguardar, con la participación popular, la libertad de la patria, la Revolución y las conquistas del socialismo, los Comités de Defensa de la Revolución proclamaron que, enarbolando como su principal arma la unidad y el legado de nuestros héroes y mártires, defenderán al precio que sea necesario la tranquilidad ciudadana y el derecho de todos a vivir en paz.
Se trata, denunciaron en su declaración, de valores y tributos anhelados en todo el mundo, que se encuentran hoy amenazados por las acciones
desestabilizadoras de esos elementos carentes de ética y convivencia social, alentadas desde Estados Unidos y animadas por voceros que, en algunos casos, han llegado al extremo de clamar por una invasión militar a nuestra Isla.
«Los cederistas somos la gran mayoría del pueblo, vivimos por igual en campos y en ciudades, en repartos residenciales y en barrios humildes con mayores problemas sociales; hacemos las mismas colas, sufrimos los mismos apagones, padecemos las mismas carencias…, pero nos une el compromiso de defender a toda costa la Revolución desde nuestras comunidades.
«Jamás nos pondremos de rodillas ante un imperio que por más de 60 años nos ha sometido al bloqueo más criminal de la historia, precisamente con la esperanza de rendirnos por hambre, necesidades y desesperación. Sabemos que nos queda mucho por hacer para lograr edificar la Cuba que anhelamos, la que soñaron Martí, Fidel y Raúl, la que merecen nuestros hijos.
«Los CDR condenamos enérgica e inequívocamente los hechos vandálicos del pasado 11 de julio. Decía Juárez que el respeto al derecho ajeno es la paz, y el derecho de algunos ciudadanos a expresar sus quejas e inconformidades no puede atentar contra el que tenemos todos a vivir con orden, sin miedo ni violencia en nuestros vecindarios.
«Somos herederos de aquellos mambises que lucharon contra una potencia imperial, y esa sangre mambisa que corre en nuestras venas nos llama a defender la Revolución, con la misma entrega con la que seguiremos trabajando para solucionar nuestros problemas, para reforzar la labor social y llegar al corazón de aquellas comunidades donde existan problemas, para escuchar las quejas legítimas de nuestros compatriotas y para lograr que nuestra sociedad sea cada vez más justa e inclusiva.
«Nadie dude que, como dijera Martí: “En Cuba son más los montes que los abismos: más los que aman que los que odian”».
