La Habana, 22 oct.— El aniversario 125 del inicio de la invasión de Oriente a Occidente durante la llamada Guerra Necesaria recuerda hoy una de las más extraordinarias hazañas militares del siglo XIX en Cuba.
Encabezado por Máximo Gómez y Antonio Maceo, el hecho histórico llevó las tropas del Ejército Libertador desde Mangos de Baraguá, en la provincia de Santiago de Cuba, hasta Mantua, en Pinar del Río.
La campaña resultó de trascendental importancia militar, económica y política para, entre otros objetivos, obligar a España a pelear simultáneamente en las seis provincias del país, con el fin de debilitarla en todos los frentes.
El 21 de octubre de 1895 Maceo partió con más de mil hombres en el trayecto hasta la actual provincia de Camagüey.
Conocido como el Titán de Bronce, Maceo recorrió en solo 24 días el territorio camagüeyano, donde atravesó la Trocha de Júcaro a Morón, fuertemente fortificada y custodiada por soldados españoles.
Luego de esta hazaña, las tropas de ambos líderes se encontraron el centro para continuar juntas la invasión hacia Occidente con un ejército de cuatro mil efectivos.
El 23 de enero de 1896 los mambises llegaron a Mantua, en la más occidental de las provincias cubanas.
En su paso por la isla, la columna invasora cumplió cabalmente sus objetivos militares: llevar la guerra a todos los puntos del país, fortalecer material y moralmente la insurrección y sumar miles de patriotas a las armas.
Además, debilitó gran parte de las fuentes económicas de España, con la reducción de la producción y las recaudaciones del gobierno colonial.
En cuanto a lo político, la proeza fortaleció el prestigio del movimiento independentista y demostró que en Cuba existía un ejército popular.
La campaña de Oriente a Occidente fue considerada por muchos especialistas militares de la época como el hecho de armas más audaz de la centuria.
