«Ay! de estos días terribles, / ¡ay! del nombre que lleven…» (SR)
Recuerdo la pasión, en un congreso de la Uneac, conque dijo estas palabras, mínima parte de una intervención deslumbrante y definitoria: «Nosotros lo que tenemos es que luchar, desde nuestras obras, para que se laven las conciencias de todos los cubanos; para que el mundo sienta que se cumplen aquellas palabras bellas de Martí cuando dijo: ‘¡Qué misterio dulcísimo tiene esa palabra: cubano!».
No es la ocasión en que lo tuve más cerca, pero sí la que queda íntegra en mí. El único modo de honrar a este ser extraordinario es tratando de acercarnos a su entrega y su humildad. Restaurar piedras y corazones con la paciencia y sabiduría que tuvo.
Esta foto de Eusebio Leal es mi favorita; es devoción y alto símbolo. Como símbolos son los refulgentes blancos que La Habana y Cuba ponen en sus balcones y ventanas y calles, en este homenaje espontáneo de esas cubanas y cubanos que tanto amó. Vive, EUSEBIO… Vive…