Ginebra, 21 feb.— Millones de personas sufrirán dentro de 50 años la quiebra del sistema energético mundial, pues las instalaciones que hoy prestan servicios no están listas para soportar el impacto del cambio climático.
Los sistemas de producción y distribución energética no están preparados para el impacto que supondrán las condiciones climáticas extremas en los años venideros y en consecuencia se estima frecuentes interrupciones y desequilibrios. En opinión de un equipo de expertos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana el impacto puede ser provocado por la falta de luz, las sequías extremas, las tormentas, el frío siberiano y la radiación solar intensa, entre otros fenómenos.
Tales alteraciones climáticas afectarán tanto a la demanda energética como a la resistencia de los sistemas actuales de producción y suministro de energía.
Los equipos activos en estos momentos no podrán satisfacer las necesidades del mañana, porque fueron diseñados sobre la base de los datos meteorológicos actuales, señalan los expertos.
El estudio divulgado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana considera que el futuro será problemático en este aspecto y alerta de lo complicado que será atender la demanda de energía con las actuales instalaciones.
