Santiago de Cuba, 5 dic.— Cada día cinco de diciembre se celebra en Cuba el Día del Constructor. Más allá del antiguo oficio, la población reconoce en los constructores su rol indispensable en la labor de desarrollar mejores condiciones de vida, incluso en adversas circunstancias, como las que enfrenta la isla para reponerse de las afectaciones climatológicas.
Toda obra que nos rodea muestra el resultado final del quehacer de muchos constructores. Es la manera en la que estos hombres y mujeres se diseminan por toda la ciudad y la hacen suya. Para Fidel, “pueden construir, sólo los que tienen la tenacidad, la inteligencia y el valor de saber hacerlo”. Más que un día para honrar a quienes se ganan el respeto y la admiración con el esfuerzo y la dedicación de su oficio diario, el reconocimiento del pueblo, la consideración de cuidar cada obra construida, valorarla, constituyen los mejores premios. A sol y sereno, hasta en las más adversas circunstancias, trabaja cada contingente y de ellos se espera calidad, buen gusto, la adecuada custodia de los recursos que se ponen a su disposición. sus tareas, cada vez son más importantes y necesarias para la mayor calidad de vida de los habitantes de una provincia que ha hecho de construir un rasgo distintivo, que define cada uno de los repartos, poblados municipios con obras que identifican su terruño, con el estilo de los constructores que la erigen. Para aquellos que tienen la tenacidad, la inteligencia y el valor de saber hacerlo, el reconocimiento de la población que agradece su constante empeño.