lunes 06 octubre 2025

Bienvenida la lluvia, aunque retrase la fiesta

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Es extraño ver a los revolucionarios, y sobre todo a los de mayor edad, alegrarse por no poder celebrar el cumpleaños de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR); sin embargo, este 27 de septiembre, en Santiago de Cuba, la “alegría del no poder” tuvo una justificación poderosa: la lluvia.

Desde la tarde, el aguacero caía casi sin tregua, a ratos aflojaba, como si las nubes tomaran aliento para volver a descargar con más fuerza. “Bien que nos merecemos este estímulo, porque la sequía ha sido muy dura”, comentaban unos hombres de la tercera edad frente a la panadería del barrio de Rajayoga.

La alegría era real, tanto que muchos vecinos festejaban la idea de posponer la tradicional fiesta para otro día, aunque no fuera el exacto del aniversario 65 de los CDR. “Ya tendremos tiempo cuando escampe”, dijo Carolina, una de las más entusiastas colaboradoras, mientras que Yenis, encargada de coordinar los aseguramientos junto al organizador del comité, llamó desde su trabajo: “Después del mediodía estoy ahí sin falta, pero mi sugerencia es posponer la fiesta”.

Aunque algunos mantienen apatía o incluso rechazo hacia estas celebraciones, la mayoría de los cubanos defiende la tradición. “Mire, vivimos en el mismo edificio y a veces pasamos semanas sin vernos la cara; la fiesta del CDR es un momento ideal para compartir y dejar a un lado las insatisfacciones, que son bastantes”, decía una madre cuya hija de cuarto grado se preparaba para actuar en el pequeño grupo de teatro improvisado para la ocasión.

Este 27 de septiembre, la lluvia impidió en parte la conmemoración, pero al mismo tiempo trajo alivio: ríos, embalses y aguas subterráneas aumentaban sus niveles. “Vale la pena sacrificar la celebración”, opinaban muchos, y Raudelis, encargado de cocinar la caldosa, resumió el sentir colectivo: “Cuando escampe, la haremos con más alegría, porque con las lluvias estaremos asegurando la vida”.

No es para menos. En Santiago de Cuba, la falta de agua ha golpeado con fuerza, y la agricultura tradicional se ha deprimido en exceso. En algunos circuitos hidrométricos de la ciudad, el líquido llega cada 40 días, un sufrimiento difícil de imaginar para quien no lo ha vivido, en un territorio donde el calor aprieta sin compasión.

Bienvenida la lluvia, entonces. La fiesta por el aniversario 65 de los Comités de Defensa de la Revolución podrá esperar, porque cuando llegue después de los aguaceros, tendrá mejor sabor.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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