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La mañana de este jueves amaneció con un tono gris en Santiago de Cuba. El sol, que habitualmente ilumina esta ciudad caribeña por estas fechas, no apareció en casi toda la jornada; sin embargo, el calor persistió tanto en lo físico como en lo humano, y los mercados populares permanecieron desabastecidos, generando la incertidumbre de no saber, con certeza, a dónde acudir para conseguir los alimentos del día.

Mientras tanto, avanzaba el 3er ejercicio de enfrentamiento al delito, la corrupción, las drogas, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, evento que, a pesar de su importancia, no se percibía gran movimiento, como lo intentaba graficar con un gesto de su mano derecha Manuel Rivera Bell, dirigente del Partido en un núcleo de zona del consejo popular Vista Alegre, Pastorita Rajayoga. “Esta semana no se ha notado, como en otras ocasiones, el impacto de los controles estatales”.
Se reconoce que la situación es compleja y difícil para la mayoría de los ciudadanos, pero existen muchas razones para salir a combatir lo mal hecho. «La Revolución se hizo para el bien de todos, no para unos pocos que, en medio de este momento tan complicado, agudizado por la intensificación del bloqueo económico y financiero de Estados Unidos y nuestras propias insuficiencias internas, se aprovechan de la mayoría», coincidieron en expresar los entrevistados por tvsantiago.

Marianela, vecina activa en la comunidad, expresó que una de sus principales preocupaciones es “el tráfico y consumo de drogas”, aunque según su apreciación, “aquí en la zona no es alarmante. “Hace solo unas semanas realizamos un proceso de debate edificio por edificio, con buena participación, y coincidimos en que este es un problema que debemos enfrentar con determinación, tal como lo establece la política de cero tolerancia”.

Para Silva, incansable luchador de 83 años, “el nuestro barrio es bastante tranquilo, pero no está exento de problemas: hay comercio ilícito, precios abusivos en algunos productos, resistencia de comerciantes al pago por transferencia”. A su juicio, “la disciplina, el control y la buena convivencia son cuestiones de vida o muerte para asegurar, desde el barrio, el futuro del país”.
Otros vecinos, que prefirieron mantenerse en el anonimato, resaltan que la labor de los inspectores es clave, pero es evidente su ausencia, y ponen como ejemplo la venta de cigarros: frente al mercado se agrupan personas que compran, revenden o intercambian este producto por arroz, aceite, jabón o detergente, según el caso, y aunque estas prácticas alivian momentáneamente la situación de muchos, especialmente de jubilados, también generan desorden e incluso tensiones en la convivencia. “Lo peor es que nadie interviene”, se quejaron.
El ejercicio, que culminará este sábado 28 de junio, da continuidad al realizado en marzo pasado. Según la convocatoria del presidente Miguel Díaz-Canel, este debe ser “superior al anterior, no caer en la rutina, no subestimar temas y asumir con creatividad y responsabilidad su ejecución”.