Asere, ¿qué bolá?
Acabó como la fiesta del Guatao.
Tú no me calculas.
Amaneció con el moño virao.
Eres más rollo que película.
Coger un diez.
La jugada está apretá
Voy tumbando. Me piré.
Y es que los cubanos somos una raza única, por dónde quiera que pase, siempre deja su huella.
¡A la juventud cubana de hoy le brillan los ojos! A pesar de los desafíos, llevan la chispa en la sangre, ¡asere, qué bolá! Conectan con el mundo a través de la música urbana, el arte callejero y el ingenio que caracteriza al cubano. Aunque la «jugada esté apretá», siempre encuentran la forma de reinventarse, de «tumbar» los obstáculos con creatividad y resiliencia. ¡La juventud cubana no se deja calcular!
Pero la identidad no se pierde. Aunque escuchen reguetón y sueñen con viajar, saben que «acabó como la fiesta del Guatao» sigue siendo un código para el desastre, y que un «moño virao» es señal de que alguien necesita un buen café y una conversación.
La juventud cubana de hoy es un crisol donde se mezclan las tradiciones con las nuevas tendencias, creando una cultura única y vibrante. Así que, mi gente, sigamos compartiendo nuestras expresiones, nuestra música, nuestra alegría. Porque, al final del día, lo que nos hace únicos es ese sabor, ese saoco que llevamos dentro. ¡Que viva la juventud cubana, que sigue escribiendo la historia de Cuba con su talento y su empuje! ¡Pa’ que tú lo veas!