En enero de 2021, a pocos días de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, abandonara la Casa Blanca, impuso a Cuba la designación de país patrocinador del terrorismo. Esta decisión injusta fue mantenida por su sucesor, Biden, hasta el pasado día 14, a solo seis días de finalizar su mandato.
Actualmente, las reacciones son diversas y es comprensible que así sea, ya que a partir del día 20 asumirá nuevamente el poder el presidente republicano que impuso a Cuba 243 medidas para reforzar el bloqueo, durante su anterior mandato. Algunos de sus aliados, como María Elvira Salazar y Marco Rubio, parecen dispuestos a hacer todo lo posible para reinstaurar a la isla en la siniestra lista de naciones castigadas por Estados Unidos.
Fue precisamente cuando Cuba se negó a extraditar a líderes de la guerrilla colombiana (ELN) que se encontraban en el país participando en negociaciones de paz con el gobierno de Colombia, con el objetivo de prevenir una posible acción extremista por parte del gobierno de los Estados Unidos, que Trump designó a la isla como país patrocinador del terrorismo. Esta decisión fue tomada a pesar de saber que era una medida injusta y de fuerza.
Algunos, tanto amigos como críticos de Cuba, creen que revertir la medida será difícil porque podría exponer las fallas en la administración de Donald Trump, ya que al hacerlo se destacaría aún más la falta de moralidad de ese gobierno. Pero como se sabe, en ese contexto, donde las insolencias y excesos parecen ser la norma, todo puede justificarse.
El Gobierno cubano, a través de su cancillería, se pronunció el martes 14 de enero tras el anuncio del secretario de Estado de Estados Unidos, calificando la medida como un «paso en la dirección correcta», sin embargo, subrayó que esta acción es considerada como un avance muy limitado dentro de una política cruel e injusta que ha perdurado durante más de 60 años: el bloqueo económico y financiero.
Por ahora, no queda más opción que esperar; los próximos 4 años seguirán siendo de incertidumbre y los cubanos deberán continuar resistiendo y trabajando creativamente en pos del bienestar al que aspiran y en el que la solidaridad internacional también jugará un papel importante.