Los expertos suponen cómo llegó a Santiago de Cuba, pero en realidad, concluyo que nadie describe cómo, pero están aquí en el corazón de Santiago de Cuba; se trata del emperador “Cómodo” (161-192 d. C.) y la emperatriz “Faustina La Mayor” (105-140 d.C.).
Hoy la imagen no es tan diferente, el emperador “Cómodo” luce con sus ojos bien abiertos, “definidos por sendas líneas en arco entre las cejas (representadas por una serie discreta de incisiones) y el párpado superior. Ambos párpados son finos, y enmarcan dos globos oculares en los que no se han indicado pupilas ni iris. La mayor parte de la nariz aparece dañada, quedando solamente algunos restos del tabique y la forma de interior de las fosas nasales. Los labios, por su parte, también dañados, son carnosos. En general, el rostro presenta una expresión neutra que, por medio de la representación de la boca entreabierta y la ya referida ausencia de las pupilas, logra la idealización del personaje y evoca reminiscencias de las figuraciones divinas. El individuo real se nos oculta tras una intencionada expresividad casi extática, inmutable y serena, que transmite cierta benignidad y sentido de plenitud”.
Y cómo ha soportado el calor, la alta humedad relativa de Santiago de Cuba, más de medio siglo siempre con su “cabello y la barba, que aparecen en forma de gruesos mechones rizados, que se abultan y descubren en, no pocas veces, incisiones poco profundas”, pero está aquí entre nosotros el emperador “Cómodo”.
Se cuenta que “Cómodo”, fue muy deshonesto, trasciende en la historia por el asesinato de su hermana y esposa, su paranoia y muy megalomaníaco.Iba a costosos “espectáculos circenses, combatía como gladiador contra soldados mutilados, esclavos y bestias”. Murió joven, a los 31 años de edad, estrangulado por un liberto, incluso, quiso dejar claro que él era la como “la reencarnación de Rómulo y había rebautizado a Roma con su propio nombre (Colonia Commodiana)”. Por eso, con su muerte también ocurre la caída del “ideal de la pax augusta rescatado por los «cinco buenos emperadores», que se había traducido en más de ocho décadas de relativa estabilidad sociopolítica”.
Así nos aclara el profesor Ernesto Caveda de la Guardia, investigador para el Catálogo de la colección Francisco Prat Puig, gestión científica del Centro Educativo de La Habana, ya que se trata de “una pieza escultórica única”, 32 por 23 por 22 cm, auténtica, en mármol blanco y bien conservada, al igual que la representación de la emperatriz Faustina La Mayor, de 32 x 19.5 cm (105-140 d.C.)
Ambas obras son “auténticas y envidiables”, constituyen parte de la de la colección arqueológica y artística del mencionado Doctor Francisco Prat Puig y que hoy exhibe el Centro Cultural homónimo perteneciente a la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, piezas relevantes que fueron donadas por el propio Decano de la Arquitectura y la Arqueología en esta ciudad sur oriental.
Prat se motivó mucho con la idea del envío de su colección al Centro Cultural (Francisco P. Puig) ubicado en el otrora Colegio La Salle donde estudiaron muchos orientales, quienes luego fueron personalidades de Cuba y del mundo, entre ellas, el inolvidable Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
La familia del Doctor Francisco y la propia Universidad de Oriente cumplieron con el traslado de la colección como legado para los historiadores, arquitectos, artistas y arqueólogos; además, del conjunto tan valioso de obras arquitectónicas resultados del rescate y conservación promovido por el profesor Prat Puig, como la Casa de Don Diego Velázquez, hoy Museo de Ambiente Histórico Cubano; el edificio del otrora Ayuntamiento; el Castillo de San Pedro de la Roca y la Casa del poeta José María Heredia, entre otras, como el Castillo de La Real Fuerza, en La Habana, edificaciones camagüeyanas en Bayamo (en la provincia Granma) y Gibara, en Holguín.
Gracias a Prat contamos muy cerca con estas piezas escultóricas (en mármol blanco) del emperador romano “Cómodo” y la de la emperatriz “Faustina La Mayor” (en mármol jaspe). Y es que el “Doctor en Ciencias del Arte, Orden de Isabel la Católica 1992”; siempre insistió en el conocimiento, en la educación, en la formación, en el rescate y conservación, por eso, se enroló en la Campaña de Alfabetización en 1961; fue un “Hombre Universal” como dijo mi amigo el periodista César López Gil; puso en alto la arquitectura y la arqueología en Cuba, en especial, a Santiago.
Al ver esta colección, recuerdo al Doctor Prat Puig como el desafío mayor en mi primera entrevista periodística en 1980, cómo tuve que bajar y subir escaleras durante varios días, -mucha paciencia-, porque era un hombre ocupado y no era muy presto a los honores quien también mereció la Medalla Alejo Carpentier, 1983.
Hoy el mejor homenaje está en la defensa de este Catálogo, en el respeto, cuidado y conservación de sus obras, sin apartar los libros, manuscritos y la colección del Doctor Francisco Prat Puig que incluye la escultura del emperador romano “Cómodo” y la de la emperatriz “Faustina La Mayor”, ambas muy conservadas gracias al profesor que nació en Cataluña, en La Pobla de Lillet en el año 1906. Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras (sección Historia), Profesor Titular en el Instituto de Mataró hasta 1937. Auxiliar de la Cátedra de Arqueología Antigua de la Universidad de Barcelona. Esposo de la cubana Hortensia Turró Vilajuana, de ascendencia española. Doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona. Combatiente antifranquista en la Guerra Civil Española. Fundador de la Universidad de Oriente, de la carrera de Historia del Arte y del Museo Arqueológico en las alturas de Quintero, además, autor de libros considerados clásicos como “El prebarroco en Cuba” y “Una escuela criolla de arquitectura morisca”
Con este “Catálogo”, honores nos hace hoy a los santiagueros el amigo, Ernesto Caveda de la Guardia, profesor e investigador de la Universidad de La Habana y del Centro Educativo de la capital cubana; así vuelve el Doctor Prat Puig a las noticias, esta vez, con el magnífico y oportuna publicación: “Vivencia del Arte”, La colección de Arte de la Antigüedad de Francisco Prat Puig. Se trata de una acción con carácter científico, y por tanto, fruto de varios procesos muy complejos desde la digitalización, la fotografía en 3D, mediciones, confirmación de la autenticidad en consulta académica nacional y extranjera, revisión por pares, epigrafía, iconográfica y la fotogrametría, entre otros.
En entrevista exclusiva, el profesor Ernesto Caveda de la Guardia, investigador para el Catálogo de la colección Francisco Prat Puig, promovido por el Centro Educativo de La Habana, subrayó que estos pasos son imprescindible desde el punto de vista científico para avalar las piezas rescatadas por el Doctor, pues “lo que que no se conoce, no se protege”. Implica que a partir de publicado este catálogo y reportaje, la entidad conservadora cobra más prestigio y como dije en la propia visita de trabajo de coordinación científica: “es imprescindible una mayor seguridad y cuidado de este patrimonio, único, entre ellos, la auténtica imagen del emperador romano Cómodo y de Faustina La Mayor (105-140 d.C.), emperatriz y esposa del emperador romano Antonino Pío”
Gracias al Centro Educativo Español de La Habana, en especial, a los profesores e investigadores: Ernesto Caveda de la Guardia, David Silveira Toledo, Armando Bramanti, Aymée Chicuri Lastra, Ivan Rodríguez López, Josué Santos Saavedra, Elisabet Calás Navarro, Marta Triana Usich, Ariadna Zequeira Barrera, Anderson Calzada Escalona, Jean Lamore, María Elena Orozco Melgar, Yaumara López Segrera, Beatriz Dávila Abreu y Roxana Beatriz Rodríguez Hidalgo.