Hoy, cuando enfocamos la Socapa santiaguera, tenemos en cuenta que la intervención en el patrimonio costero constituye uno de los aspectos más preocupantes y difíciles, pero no imposibles a conservar en Santiago de Cuba desde diferentes puntos de vistas, técnicas constructivas a utilizar, materiales de la construcción, medio ambiente, cultura e historia, todo integrado por la solución consecuente de los problemas de una comunidad y su entorno.
La Socapa santiaguera tiene unas cincuenta viviendas como promedio, aisladas, pero connotan una pintoresca comunidad de más de 250 habitantes muy integrados a una tradición de pesca, navegación y aislamiento con arquitectura vernácula que refleja el nivel de adaptación al ambiente costero en la entrada de la bahía de bolsa, rica en historia y eventos naturales.
Aquí la tormenta Sandy, “El Leñador”, hizo estragos muy significativos en la madrugada del 25 de octubre de 2012, pero la comunidad de La Socapa pudo levantarse y volver a un entorno en defensa del medio ambiente.
No son pocos los estudios de manejos costeros que aquí se implementan, a partir de varias tesis de la Universidad de Oriente, en aras de la calidad de vida de las personas, animales y del rico ecosistema marino que hoy se recupera con acciones bien intencionadas.
Restaurantes, cafeterías, consultorio del médico y la enfermera de la familia, bodega, farmacia, wifi, se conjugan en un paisaje con incidencias del Mar Caribe, del vecino Cayo Granma, Ciudamar, del Castillo de San Pedro de la Roca El Morro y los asentamientos de Júcaro, Jucarito y Caracoles.
La historia registra varios eventos en La Socapa santiaguera, el más significativo, fue la guerra hispano-cubano-estadunidense con la Batalla Naval y cuando se prohibió la entrada de los mambíses a Santiago de Cuba; todo un pasaje que terminó con el aniquilamiento del poderío de España y el hecho que anticipó del peligro de la entrada de los marinos yanquis, los “rangers azules”, hecho que se consumó por aquí, Daiquirí y Siboney.
Aquí la historia no se olvida, tampoco la preocupación ante una ubicación a sólo 54 metros del nivel del mar, cota que disminuye en octubre y noviembre con los ciclones y huracanes más fuertes en el Caribe.
Los accidentes naturales y antrópicos subrayan la necesidad de acciones mayores por parte de los actores y gestores sociales que repercutan en el mejor rescate y conservación de La Socapa santiaguera, sus vecinos: Cayo Smith, el Barrio Técnico y Punta Gorda en relación con una respuesta consciente y gradual en defensa de iniciativas como el Festival de la Jaiba; las conferencias sobre la pesca, regulación, la no quema de recursos forestales y la reforestación que urgen ante un entorno con suelo muy árido.
Por eso, el manejo costero es una decisión muy seria y que suma a la mayoría de los habitantes de La Socapa santiaguera
