Hallazgos Arqueológicos en Santiago de Cuba

Como subrayé en reciente reportaje por este mismo sitio, el reto no es fácil para la joven Arqueología en Santiago de Cuba, si tenemos en cuenta que en esta provincia en el inicio de la década de los noventa, pleno período especial, tenía “128 sitios arqueológicos aborígenes”, de esos, “poseía un 59,3 por ciento destruidos” (según el Atlas Arqueológico 1995; Hernández Godoy, 2012; Fernández 2016). Lógico, hoy es mayor el deterioro y los problemas al acceder a esos lugares, pero eso no es todo.

¿Por qué afirmamos que los estudios arqueológicos avanzan –discretamente- en Santiago de Cuba?

El inventario arqueológico aumenta -es verdad- con las indiscutibles piezas prehistóricas, celtas y romanas, el amplio número de cuadros, estatuillas, monedas, manuscritos, vasijas, búcaros y herramientas primitivas, pero pudiera ser mayor.

Como vital es la base de datos digitales que demanda la arqueología en Santiago de Cuba. Aquí como en la capital, se han descubierto cerámicas ordinarias o de tradición aborigen, diversas porcelanas, lozas finas europeas, piezas de metal (clavos, bisagras, hebillas, candado, cuchillo y proyectiles) y vidrios (botellas, frascos de medicina  y vasos).

Uno de los grandes problemas de la arqueología santiaguera es la necesidad del reordenamiento documental sobre evidencias claves que tipifican como fueron los asentamientos indo-aborígenes en la región oriental, cómo el encadenamiento puede en un fondo-base de datos, por ejemplo, una red que implique la interrelación del Centro Cultural Francisco Prat Puig, BIOECO, El Museo Arqueológico de la Universidad de Oriente, la Ruta del Café en la Gran Piedra, las muestras submarinas en el Parque Subacuático Batalla Nava y del propio decano Emilio Bacardí Moreau, institucióndonde se atesoran piezas claves de la arqueología cubana

Es que tampoco se asimila un programa real, sostenido, por parte de quienes tienen que responder en el patrocinio, lo que cuesta la transportación lejana, la alimentación y los recursos para el cuidado de los hallazgos, la profundización científica, en fin, un proceso si bien complejo, implica el encadenamiento de varias instituciones, la comunidad, su entorno, hasta la ubicación en Medios y soportes muy avalados en la arqueología.

Falta integración multifactorial, asimilar nuevas tecnologías y conocimientos de gestión y de intervención arqueológica, sobre todo, en el entorno marino, apoyo real a los jóvenes investigadores y patrocinios, a juzgar por la amplia gama explorada en una ciudad de más de 508 años y una región de mucha historia pre-colombina, revelaciones y un caudal de hipótesis.

La connotación actual de la arqueología en Santiago de Cuba, está en las joyas arquitectónicas rescatadas y los estudios que siguen develando más piezas cargadas de historias.

El mayor impulso al desarrollo arqueológico en Santiago de Cuba fue al calor de las transformaciones por los quinientos años de la ciudad, dondequiera que se iba a iniciar una inversión arquitectónica, sea edificación o rescate, primero se priorizó el levantamiento arqueológico lo más profundo y certero posible, eso es fundamental.

Los estudios arqueológicos merecen un reconocimiento y mejor respaldo económico en Santiago de Cuba; urge la protección del patrimonio tangible que se desentraña; la necesaria red con el encadenamiento multidisciplinario, principalmente, en frentes claves como la geología, antropología, sociología, construcción, espeleología, unión de historiadores, cultura, volver a los clásicos como Fernando Ortíz, Francisco María Nazario Ximeno y Fuentes, Francisco Prat Puig, Fernando Boytel, Antonio Núñez Jiménez, entre muchos célebres más.

“Quienes nos dedicamos a ejercer la profesión y a influir en el plano docente de la especialidad, no tenemos una formación académica de pregrado en dicha ciencia, hecho que impide contar con bases formativas homogéneas”, afirma el Doctor en Ciencias Históricas Ulises M. González Herrera, del departamento de Arqueología del ICAN. “Tal realidad, explica en parte el gran eclecticismo teórico que caracteriza actualmente a la práctica arqueológica nacional”. (Ver: “A debate la Arqueología en Cuba: La importancia de saber quiénes somos”. En Cubadebate, 8 noviembre 2016

Y es que todavía no hay conciencia real de que “En cada ciudad antigua existen historias ocultas debajo de capas de sus piedras, argamasa, ladrillos, sedimentos no homogéneos y, más recientemente, de estructuras de hormigón. […]”

Por ejemplo, más de una generación apenas conoce la existencia del Museo Arqueológico de Santiago de Cuba, ubicado en la Universidad de Oriente y fundado por el insigne Felipe Martínez Arango, desconocido –por cierto- por no pocos jóvenes arqueólogos y otros más adultos, pero que se hallan en calidad de gestores y actores sociales determinantes en esta disciplina.

Hay una preocupación y llamado por los académicos por el reordenamiento de las piezas arqueológicas y la necesidad que estén en su museo universitario, al menos, las que les pertenecen. Sin inventarios confiables, imposible una proyección de manejos e intervención real desde el punto de vista de la Arqueología.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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