Restan pocos días para el 4 de septiembre, fecha señalada en la nación cubana para el inicio del curso escolar 2023-2024 y a la par del ajetreo acostumbrado de cada año, en razón de que todo salga bien, crece el interés de alumnos, maestros/profesores y padres de conocer la proyección de la nueva etapa lectiva y los retos por vencer.
En recientes declaraciones, la Ministra de Educación Dra.C Naima Trujillo Barreto acentuó, entre otras cosas, la necesidad de que en este nuevo curso el personal docente tenga una evaluación permanente, de manera que las decisiones tomadas sean sostenibles en el tiempo y que todas las acciones tengan un soporte de calidad en los aseguramientos.
Significa que para lograr los objetivos previstos será esencial trabajar con profesionalidad, lo que se traduce en dar seguimiento a las indicaciones y ser responsable ante cada desempeño docente, no solo en la actividad presencial, sino en esa auto exigencia imprescindible para la preparación de las clases con suma calidad, como garantía de la asimilación de los contenidos por los alumnos.
La pretensión de superar los problemas, a pesar de las carencias, no será exclusiva de los centros educacionales, corresponderá a la familia un alto ingrediente de pertenencia, sobre todo en el acompañamiento necesario a la escuela en las tareas que esta demande para el estudio sistemático y el cumplimiento cabal de todos los deberes.
Entre otros desafíos por resolver está la elevación de la disciplina en sus diversas expresiones desde el uso correcto del uniforme, hasta la relación de respeto entre los maestros y los alumnos, la atención a las clases y el cumplimiento de todas las tareas. No menos importante es el tema de los celulares, que si bien forman parte de los avances tecnológicos actuales y son plausibles, en determinados momentos, como soportes instructivos, también se convierten en amenazas ante el normal desarrollo de las clases, cuando algunos alumnos lo llevan al aula e interfieren el proceso de aprendizaje.
La pretensión es lograr un curso superior como garante de supremas aspiraciones en la formación de niños, adolescentes y jóvenes, y porque después de tantos esfuerzos realizados en la etapa de la pandemia para salvar la continuidad de las clases, no queda otra respuesta decorosa, que encaminar con unidad todas las acciones posibles para alcanzar resultados a la altura de la resistencia y lealtad del pueblo.
