Para salvar un emblema

Sierra Maestra
Sierra Maestra
Periódico del Órgano Oficial del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Santiago de Cuba.
Unos con mucha esperanza; otros un tanto escépticos pero en general los santiagueros, amantes o no de la música, quieren que su ciudad, Santiago de Cuba, vuelva a mostrar una Sala de Conciertos Dolores en toda su magnificencia

Por MsC Miguel Angel Gainza Chacón

El objetivo precedente requiere tiempo y una labor muy profesional y consagrada. De lo primero no queda mucho hasta el 26 de Julio venidero, fecha tentativa de terminación, como saludo al aniversario 70 del Asalto al Cuartel Moncada; de lo segundo… sobra en Santiago.  

Si realmente puede estar la “Dolores” para la efeméride histórica, muchísimo mejor, siempre y cuando prevalezcan la calidad constructiva, el buen gusto, y el respeto por un inmueble icónico y elogiado hasta la saciedad, por demás, emblemático en una  Ciudad Creativa en la Música. Queda, además, “una carta debajo de la manga”.

Siempre atento, explícito y presto a ayudar, el arquitecto Omar López, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC), habló así al “Sierra Maestra”:

“La Sala de Conciertos Dolores ha sido un proyecto muy trabajado, incluso desde el siglo XX, para recuperar una edificación del siglo XVIII, bastante deteriorada por el tiempo  y otros factores.

“Nos pusimos de acuerdo con la Iglesia en Santiago de Cuba y trabajamos toda la estructura del inmueble; en aquel momento era la Oficina Técnica de Restauración la que se encargó de esa labor, y finalmente se concluyó la Sala; quedó de una manera que produjo la admiración general del público, y especialmente del maestro Frank Fernández, quien valoró la capacidad acústica del recinto y la estética de este, y hasta dijo: ´Cuando las cosas se hacen con amor no hay nada imposible´.

“Así se utilizó la sala durante varios años pero luego comenzaron a aparecer filtraciones, canalizaciones defectuosas, plantas parásitas… y otros problemas que provocaron daños en el techo de la sala principal y también, la aparición de plagas de termitas en cantidades considerables, en el área administrativa y en el local de ensayo de la Orquesta Sinfónica de Oriente (Oso)”.

Ante la situación, en conjunto la Dirección Provincial de Cultura, la OCC y el Gobierno decidieron, a pesar del momento tan complejo por el que atraviesa el país, recuperar la Sala de Conciertos Dolores.

López añadió que se trabajó –y se trabaja- a la vez en tres líneas:

En la cubierta de la sala principal, mediante un proyecto que materializa un grupo de especialistas y que, adicionalmente en el interior, incluye, pintura, limpieza de los acrílicos (enormes paneles en lo alto, como parte de la acústica), el sistema de iluminación, mejoramiento del tabloncillo del escenario y el área de butacas… en fin, un proceso muy importante de conservación.

La otra línea es en la torre campanario. Allí se afectó una de las vigas principales de sostén, y también hay daños en los otros niveles de la torre, incluso sobre un baño colectivo que está cerca de la entrada del inmueble. Todo eso requirió utilizar otro equipo de especialistas, solo para la torre campanario.

La tercera intervención es en los locales administrativos y en el de ensayo de la Orquesta Sinfónica. Allí se desmontó todo el techo y ahora se coloca uno nuevo, además de otras labores.

Omar López recordó, que los esquemas de trabajo de la fuerza constructiva adscrita a la OCC están de lleno en el área patrimonial 26 de Julio, o sea: el antiguo Cuartel Moncada, el Parque Histórico Abel Santamaría, el Palacio de Justicia…

¿Qué hizo la Oficina? Buscó el apoyo de personal especializado del Fondo Cubano de Bienes Culturales y de algunas Mipymes, para enfrentar el proyecto de restauración de la Sala, siempre con el asesoramiento  de la OCC. Y es que el Gobierno, al valorar las condiciones económicas del territorio, optó porque la Oficina asumiera la responsabilidad inversionista en la “Dolores”, como respuesta a la preocupación del pueblo santiaguero que quiere ver recuperado y funcionando, uno de los mejores recintos para conciertos de Cuba.

También conocemos de primera mano, que el colectivo de trabajadores de la Sala estaba preocupado porque transcurrían meses y meses y no veía una acción efectiva para “salvar” al inmueble, gestión que ha cambiado si nos remitimos a las palabras de Omar López.

Por lo pronto, “Sierra Maestra” ha visitado sistemáticamente la Sala; departido con trabajadores y directivos; recorrido sus áreas, y afirma que para el venidero 26 de Julio, el inmueble puede estar terminado si se combinan estos factores: trabajar muy duro; tener los recursos in sito; no perder un minuto; que la Naturaleza ayude. De otra manera no estará para la fecha.

El Director de la OCC puntualizó, que si las lluvias no se interponen en la ejecución constructiva, en la Sala de Conciertos Dolores, restaurada y embellecida, habrá presentaciones artísticas como saludo al aniversario 70 de la efeméride del Moncada.

¿Y la carta debajo de la manga? Sencillo y en pocas palabras: no hay tarea en Cuba, por monumental que sea, que se haya resistido nunca al empuje de los CDR y de las gloriosas FAR.

BREVES DE LA HISTORIA

Rumbo este, el perímetro urbano de Santiago de Cuba prácticamente se terminaba donde fue levantada en el siglo XVII, la Ermita de Santa Ana. De ahí para allá era monte, con frutales y venados incluidos. Terremotos y piratas dieron cuenta de la Ermita y sobre sus ruinas, en 1722 se construyó la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, que luego fue Parroquia Auxiliar desde 1803 hasta 1908, cuando es entregada al Colegio Dolores, que la convierte en su capilla. Setenta años después, el inmueble, deteriorado por el tiempo y más, pareció llegar a su final, cuando un incendio dio cuenta del techo, altares y retablos. El Arzobispo de Santiago de Cuba donó el recinto al Estado cubano, para edificar allí una sala de conciertos, tan recurrida por la urbe, y que mantuviera el nombre: Dolores. Diez años después de las llamas, el arquitecto Manuel F. Quevedo Kairuz y otros especialistas encontraron solo el campanario y paredes. En diciembre de 1986 se iniciaron los trabajos. Fue una labor casi genial para devolver al local no solo la belleza arquitectónica sino las condiciones acústicas excepcionales que lo caracterizaron. Dos años después, en enero de 1989, con la asistencia de Esteban Lazo Hernández, entonces Primer Secretario del Partido en la provincia y otros miembros del Buró Político, dirigentes políticos y gubernamentales, invitados, y la actuación de la Orquesta Sinfónica de Oriente con el maestro Frank Fernández, fue inaugurada la Sala de Conciertos Dolores. Desde ese momento, lo más notable de la música y el canto sinfónicos y de los coros de Cuba y del extranjero, llegado a la ciudad, ha pasado por la “Dolores”. Y seguirá pasand

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