De la constitución de la Asamblea Nacional

El proceso democrático en que hemos estado involucrados todos los cubanos como principales protagonistas, podría parecer que está llegando a su colofón, cuando el próximo 19 de abril el parlamento, en nombre del pueblo, elija las direcciones de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado. Pero no será el cierre de este ejercicio transparente, fiel y soberano, sino su continuación al marcar, el despegue de una etapa comprometida con un futuro de mayor prosperidad.

Los 470 diputados que fueron elegidos tributan, en estos días previos, con sus propuestas anónimas para Presidente, Vicepresidente y Secretario de la Asamblea y del Consejo de Estado, y Presidente y Vicepresidente de la República. Ya constituida la dirección del Consejo de Estado se procede a elegir a sus restantes miembros.

En el momento que se decida, la Asamblea Nacional designa, a propuesta del Presidente de la República, al Primer Ministro, Viceprimeros ministros y demás miembros, así como a otras figuras rectoras, afines a nuestra democracia socialista.

Se trata de un proceso de organización imprescindible para potenciar el encargo de dar seguimiento a todo lo que urge en materia de alimentación, calidad de vida y demás necesidades, de manera que puedan ser resueltas con nuestros propios recursos y las ineludibles premisas de la voluntad, la dedicación, la inteligencia y el emprendimiento mancomunado de todos los actores posibles de la sociedad.

Lo positivo de este desafío es que los diputados son representativos de toda la población y existe vasto conocimiento de los problemas, no solo de los ocasionados por el bloqueo, sino de otros muchos que coexisten en el desempeño cotidiano expuesto a la contemplación, presos de señales pesimistas y del escepticismo, nada identificativo del común de nuestros nativos.

La naturaleza de los cubanos es fuerte, sin discusión, no por casualidad se ha podido resistir a las más de 200 medidas asfixiantes de un enemigo tan cercano, a quien no le importa la preservación de la vida de nuestro pueblo, víctima de la pandemia, desastres naturales, incendios graves, y otros muchos problemas, que nos llevaron al abrazo, a tono con nuestros sentimientos solidarios y humanistas.

La complejidad de la nueva etapa no estará solamente en la atención a los asuntos materiales, sino al cómo encausar las soluciones y a cambiar también métodos y ópticas atemperadas a otras circunstancias. A la par corregir comportamientos nocivos, fruto de la crisis provocada por el imperio y su campaña mediática. Nos respaldan los más de 60 años de logros importantes, en los que el ser humano siempre ha sido lo primero.

Ha llegado nuevamente la hora de gritar Revolución y de tomarnos de las manos, como dice la conocida canción, porque emprender las soluciones entre todos, nos hace más fuertes e invencibles. He ahí la confianza en la obra social conquistada y en el Modelo Económico Social que se emprenderá con una dirección fortalecida y de claridad meridiana de lo que exige el momento histórico.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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