Urge recuperar lo que la Revolución ha desarrollado en el campo

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Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En las comunidades rurales hay escuelitas, consultorios médicos, círculos sociales, bodegas y otros espacios para el beneficio de la población, al tiempo que se han desarrollado programas y proyectos para atender las particularidades de ese escenario y de las personas que allí viven, que es necesario recuperar para empezar a cambiar esos lugares
Urge recuperar lo que la Revolución ha desarrollado en el campo

El Consejo de Ministros acordó tomar acciones para recuperar las infraestructuras existentes en las comunidades rurales, a fin de revitalizar servicios que no solo satisfacen demandas de la población, sino que son fuentes de empleo.

«Hay que recuperar todo lo que la Revolución ha desarrollado con relación al campo», reflexionó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la sesión del Consejo de Ministros correspondiente al mes de enero.

En las comunidades rurales –destacó el Jefe de Estado en el transcurso de la reunión, dirigida por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz–, hay escuelitas, consultorios médicos, círculos sociales, bodegas y otros espacios para el beneficio de la población, al tiempo que se han desarrollado programas y proyectos para atender las particularidades de ese escenario y de las personas que allí viven, que es necesario recuperar para empezar a cambiar esos lugares.

Sus criterios fueron compartidos previo a que el máximo órgano de Gobierno aprobara, en la sesión de trabajo, las ideas contenidas en el documento Revalorización de la ruralidad en Cuba, un programa que, entre otros objetivos, busca potenciar, como parte de las estrategias de desarrollo municipal, proyectos locales que propicien nuevos empleos, doten de recursos y distingan posibilidades de formación para la población que habita en las comunidades rurales.

En las zonas rurales, señaló Díaz-Canel, hay un componente fundamental de nuestra identidad cultural, en su expresión amplia de las raíces históricas; «hay una riqueza cultural, una idiosincrasia y elementos propios de la identidad cultural».

Justamente allí, refirió el dignatario, es donde se desarrolla uno de los sectores primarios de la economía cubana, que es todo lo que tiene que ver con las producciones que parten del aprovechamiento de los recursos naturales, principalmente del suelo.

Y para que cumpla esa función, subrayó, debemos potenciarlo con tecnología, investigación, innovación, capacitación y formación de la fuerza de trabajo calificada, y buscar incentivos para que esa fuerza calificada encuentre espacio y desarrollo en esos lugares.

De revisar integralmente todo lo que se ha hecho en los campos cubanos habló el Presidente cubano, quien significó en sus palabras que precisamente en las zonas rurales está enclavada una parte importante de los politécnicos agropecuarios que existen en el país, instituciones especializadas de educación para potenciar la formación de la fuerza de trabajo calificada.

De ahí su insistencia en la necesidad de recuperar –con gradualidad y en la medida de lo posible– las infraestructuras existentes, sobre todo las de salud, educación y sociales, así como la prestación de muchos servicios que no solo daban solución a demandas de la población en las comunidades, sino que también se convertían en fuente de empleo.

Como un asunto de total prioridad consideró el desarrollo de producciones agropecuarias y programas de autoabastecimiento en las localidades, a fin de respaldar las demandas de alimentos en las comunidades.

Solo rescatando cosas que se hicieron en el campo, dijo, podemos darle un cambio inmediato, sin muchos recursos, al tema de la ruralidad. «Es un problema de ordenamiento y de rescate», enfatizó.

Por ello, también su énfasis en lograr incluir esas acciones en las estrategias de desarrollo territorial y local, en las cuales debe preverse el estado deseado de las comunidades y cómo alcanzarlo, teniendo en cuenta los componentes económicos, sociales e ideológicos. Insistió, además, en la importancia de potenciar la agroecología; la minindustria; así como el uso y la entrega de las tierras en usufructo, elementos que se deben contemplar en la concepción de atención a la ruralidad.

En sus palabras, enfatizó en la necesidad de extender a las zonas rurales las experiencias con los proyectos de transformación social de las comunidades urbanas; «todo lo que estamos haciendo en los barrios, que nos ha dado resultado, que ha implicado a todo un grupo de actores, que ha abierto esperanza, y ha tenido la participación de las personas en la solución de los problemas, esos conceptos, hay que llevarlos también a las comunidades rurales».

Todo eso, enfatizó, lleva un aseguramiento político que corresponde al Partido en cada lugar, de conjunto con el trabajo de las organizaciones de masas que se desempeñan en el ámbito rural, y tiene que tener un sistema de gobernanza para que lo aprobado hoy se siga como un proyecto de atención integral y sistemática.

COMUNIDADES RURALES, ESENCIALES EN EL DESARROLLO DEL PAÍS

Aprovechar las potencialidades y oportunidades existentes y, en correspondencia, transitar hacia el cambio tecnológico, desde la innovación de los procesos productivos en las actividades agrícolas y agropecuarias; diversificar la actividad económica, fortalecer los servicios sociales y asegurar la articulación intermunicipal, creando cadenas productivas que cierren ciclos; reconstruir los patrones identitarios y culturales de lo rural, de acuerdo con las características de cada región, rescatando tradiciones, valores, prácticas e infraestructuras con buen gusto y cultura del detalle; así como promover la competitividad socioeconómica de las zonas rurales para que se conviertan en espacios de oportunidad para la población joven existente, son algunas de las líneas de trabajo aprobadas por el Consejo de Ministros, para devolver al campo cubano el verdadero papel que le corresponde en el desarrollo del país.

El tema, de elevada trascendencia para la nación, motivó un amplio debate entre los presentes, quienes coincidieron en la prioridad con que se deben trabajar todas las acciones diseñadas.

Si bien hay elementos que «no podemos resolver de forma inmediata, por las condiciones que tiene el país», tener una línea de acción y que se incluyan en las estrategias de desarrollo nos va a permitir ir avanzando en la solución de esta problemática, valoró la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh.

De igual manera, el vice primer ministro Jorge Luis Perdomo Di-Lella hizo especial énfasis en la importancia de recuperar infraestructuras en las comunidades rurales y crear cada vez más posibilidades para que los jóvenes puedan realizar en esas comunidades sus proyectos de vida.

Se requiere, señaló, diseñar estrategias específicas, acordes con las características de cada zona, para dar solución a esos problemas en la medida en que los recursos lo permitan, e hizo énfasis en las comunicaciones y en el propósito de lograr una mayor conectividad.

Al intervenir en este punto de la agenda, el ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, afirmó que la situación que se manifiesta hoy en las áreas rurales es en parte impedimento para lograr más rapidez en la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, pues la estabilidad de la fuerza de trabajo en el campo es uno de los principales factores que impide una mayor producción.

Asociado a ello, explicó que ya se realizan acciones en varias comunidades, lo cual ha permitido ir recuperando producciones y transformando el entorno: se mejoran las viviendas de los trabajadores y los caminos de acceso, se amplían servicios, entre otras acciones.

Teniendo en cuenta los estudios llevados a cabo para diseñar las acciones que serán acometidas, que incluyen el reordenamiento de las escuelas en las zonas rurales del país, la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, los consideró «muy adecuados», e hizo referencia a lo realizado de conjunto con el Ministerio de la Agricultura para, a partir de un trabajo perspectivo en las comunidades, ir abriendo escuelas donde se pueda lograr una matrícula sostenible.

Tras un amplio debate acerca de los desafíos que presenta el tema de la ruralidad en Cuba, y cuánto puede aportar el acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros para consolidar las transformaciones sociales y económicas que se necesitan en los campos cubanos, el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, enfatizó en que este Programa tiene que contar con un acompañamiento de todas las estructuras del país para alcanzar sus objetivos.

No podemos ver esto como un plan más, valoró Marrero Cruz, aun reconociendo las dificultades materiales que existen, «tenemos que ocuparnos más del campo cubano, del campesinado cubano, de la ruralidad en el amplio sentido de la palabra».

En tal sentido, comentó acerca de la necesidad de lograr estabilidad en la fuerza de trabajo; que cuando los jóvenes salgan del campo a estudiar regresen a él para aplicar sus conocimientos; desarrollar planes de viviendas; mejorar la accesibilidad a las comunidades, y otros muchos aspectos que demandan de una atención priorizada y un acompañamiento constante de todas las estructuras de dirección del país.
En el campo se desarrolla uno de los sectores primarios de la economía cubana, a partir de producciones que aprovechan los recursos naturales, principalmente el suelo. Foto: Juvenal Balán

APROVECHAR TODO PARA PRODUCIR ALIMENTOS

Centrada esencialmente en cómo aprovechar más las potencialidades que tiene el campo para el desarrollo del país, la agenda de la reunión incluyó también una evaluación sobre el estado de cumplimiento de los proyectos de plantas forrajeras proteicas para consumo animal, que fue presentado por la directora del Centro de Investigación en Plantas Proteicas y Productos Bionaturales, María del Carmen Pérez Hernández.

De acuerdo con su valoración, no obstante los avances que se observan en este Programa, todavía las siembras son insuficientes y no se logra una comprensión total por parte de productores y empresarios acerca de la importancia de potenciar el empleo de estos productos.

Entre las acciones que se han propuesto ejecutar en el transcurso del presente año, Pérez Hernández señaló la consolidación de las 30 fincas de semillas y la implementación de un Sistema de Gestión de la Innovación en los escenarios de intervención, centros de hembras en desarrollo y productores con más de diez vacas, para su atención priorizada.

Al respecto, el vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca destacó la importancia del trabajo que se ha ido organizando desde los municipios hasta el nivel nacional, lo cual ha ido creando condiciones para lograr mayores avances en la recuperación de la ganadería en Cuba, que es un programa que «va más allá de las plantas proteicas».

Al resumir este tema, el Primer Ministro destacó el significado de este Programa de Plantas Forrajeras Proteicas, muy vinculado al mejoramiento de la seguridad alimentaria y la salud de la población. Los proyectos que a partir de él se desarrollan, recordó, son continuidad de las ideas y del pensamiento del Comandante en Jefe, a los cuales da especial seguimiento el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Nosotros, manifestó, tenemos que lograr el objetivo de ampliar cada vez más estas producciones, «ahora más que nunca, por la necesidad que tenemos de sustituir importaciones» para la alimentación animal.

UN MEJOR 2023 DESDE TODOS LOS ESPACIOS

Al término de la agenda de la reunión se compartieron valiosos análisis acerca del proceso de discusión, con los trabajadores, del Plan de la Economía y del Presupuesto del Estado para el año 2023, que inició el pasado día 15 y que debe concluir el próximo 30 de marzo.

Este proceso, enfatizó Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), no es informativo, tiene que conducir a que los jefes propicien que el colectivo de trabajadores determine cuáles son sus potencialidades, a partir de sus capacidades productivas y de la normativa vigente, que permitirán a su empresa incrementar y diversificar sus ofertas.

Es importante, enfatizó, que los trabajadores tengan la posibilidad de expresar sus ideas; ese no puede ser un espacio solo para escuchar cifras, muchas veces tecnocráticas, que no ilustran nada y en la práctica tampoco favorecen el debate de los asuntos que en verdad se deben evaluar.

Por ello su énfasis en que los informes no pueden partir de las carencias materiales que tenemos y los obstáculos externos, pues son elementos que ya se conocen. Señaló que el propósito de la discusión con los trabajadores es buscar cómo, con la inteligencia colectiva, encontramos vías para rebasar esos obstáculos –que son objetivos y están ahí, pero que no van a cambiar en un plazo inmediato–, y desde nuestro propio esfuerzo, elevando la productividad, aplicando más la ciencia y la técnica, ese colectivo hace suyo el plan e incorpora el compromiso de cumplir.

Puntualmente, sobre el sector presupuestado de la economía, Guilarte de Nacimiento comentó que, entre otros asuntos, ya se ha discutido con los organismos globales cómo reducir el déficit presupuestario tan alto que tenemos, cómo encauzar acciones para controlar el uso y destino del gasto, cómo potenciar los ingresos, y cómo combatir la conducta evasora que existe en un grupo de lugares.

Y en todo eso, subrayó, el papel de los jefes es clave, que tienen la responsabilidad de ofrecer a sus trabajadores la confianza y los argumentos para poder sacar adelante la economía.

Tras recordar las ideas esenciales que se compartieron durante el recorrido realizado por la máxima dirección del país, recientemente, por todo el territorio nacional, el Primer Ministro consideró que la concepción que se ha dado a estas asambleas es también una manera de hacer las cosas diferentes, para lograr un mejor 2023.

La clave para el éxito de lo que nos hemos propuesto, reflexionó, es el cambio de mentalidad de los jefes, quienes lo primero que tienen que hacer es vincularse más a los trabajadores. Es tiempo de tomar decisiones colectivas, y a pesar del complejo escenario que vivimos se ha demostrado, dijo, que sí se pueden hacer cosas diferentes; que las empresas pueden salir de la pérdida si la dirigen personas con mentalidad diferente, emprendedores, que sean capaces de escuchar a sus trabajadores y de sumar esa inteligencia colectiva en función de la solución a los problemas.

Entonces, subrayó, estas asambleas son claves, y «en ellas tienen que estar los jefes principales, no solamente escuchando, sino motivando, preguntando, y mientras más inquietudes tengan los trabajadores, más las debatimos, más las socializamos».

Finalmente, Marrero Cruz valoró que «las mejores propuestas para hacer algo diferente, para hacer esos cambios que necesitamos, saldrán de esos colectivos, de los expertos que tenemos en nuestro propio colectivo. Entonces, este proceso no es para apoyarlo solamente, es para participar a plenitud en cada una de estas reuniones».

Autor: Yaima Puig Meneses

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