Reconocida por constituir una corriente artística que, desde su espíritu crítico, ético, transformador y genuino, ha acompañado el proceso revolucionario de la Mayor de las Antillas, la Trova cubana fue declarada ayer Patrimonio Cultural de la nación.
En el parque central Carlos Manuel de Céspedes, de la ciudad del Golfo –urbe donde hace medio siglo surgió el Movimiento de la Nueva Trova–, juglares, artistas, intelectuales y pobladores se dieron cita para celebrar la distinción a esta expresión cultural, que por décadas ha constituido voz y canción de un pueblo y sus esencias más raigales.
El viceministro de Cultura de Cuba, Fernando León Jacomino, expresó que la Comisión para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, perteneciente al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, validó la solicitud de declaratoria de la Trova cubana, en aras de contribuir a la sostenibilidad, viabilidad y visibilidad de esa importante expresión cultural que trasciende en tiempo y espacio como elemento destacado del Patrimonio Material Inmaterial.
Presidida por las máximas autoridades del Partido y del Gobierno en Granma, la gala de homenaje a la trova –que también formó parte de la clausura de la XXVII edición del Festival Nacional Carlos Puebla in memóriam– cerró con un concierto protagonizado por noveles y consagrados trovadores como Marta Campos, Eduardo Sosa, Annie Garcés y la argentina Paula Ferret, entre otros.
