Santiago de Cuba, 4 ago.— Santiago de Cuba es una tierra recompensada con la historia de esta isla bella que enaltece con creces a la Patria, luchas por la independencia, los nacimientos de grandes de la nación, sus descansos eternos y también sus derrotas han tenido lugar en este territorio Sur Oriental del país.
Calixto García Iñiguez patriota nacido el 4 de agosto de 1839 en Holguin hace 182 años escribió aquí valiosas páginas de amor a la Patria en ese accionar contra el colonialismo español que lo vincularon de manera muy protagónica en las tres gestas independentistas del siglo XIX y lamentablemente fue víctima de engaño por quienes comandaban en esta zona al concluir prácticamente la guerra a los soldados norteamericanos.
El patriota mambi de 1870 hasta 1872 asumió las jefaturas de Jiguaní, Holguín y Santiago de Cuba con el grado de Mayor General, se destacó por su disciplina e integridad como un estratega militar, brindó colaboración a las tropas norteamericanas para derrotar a las españolas que se encontraban muy debilitadas, siendo decisivo su desempeño con este fin en los alrededores de la ciudad de Santiago de Cuba.
Sin embargo no se le permitió participar en la firma de capitulación de la guerra contra España en la zona conocida como Loma de San Juan en Santiago de Cuba, después de haber dedicado todos sus esfuerzos a este fin y actuar con transparencia ante el apoyo que le fue solicitado por el ejército americano en un ardid de intromisión y poca ética.
La actitud norteamericana frente al Ejército Libertador Cubano tuvo una digna respuesta en la carta remitida por Calixto García al general Shafter, jefe de las tropas norteamericanas:
«No somos un pueblo salvaje que desconoce los principios de la guerra civilizada; formamos un ejército pobre y harapiento, tan pobre y harapiento como lo fue el ejército de vuestros antepasados en su guerra noble por la independencia de los Estados Unidos de América; pero a semejanza de los héroes de Saratoga y Yorktown, respetamos demasiado nuestra causa para mancharla con la barbarie y la cobardía».
