Santiago de Cuba, 21 jul.— Cuando en tiempos tan difíciles por los que atraviesa el mundo debido a la fatídica pandemia por Covid-19, la ciencia cubana continua dejando huellas de esperanza; mientras se construye a base de esfuerzo un futuro más próspero para todos, ráfagas de violencia y odio, generadas a 90 millas, logaron avispar durante los últimos días el ímpetu de un país al que, ciertamente, le queda por enfrentar difíciles retos pero no imposibles, sobre todo si cada cubano logra “definir” de qué lado pesa más la verdad ante el contexto epidemiológico y económico que vive la isla.
Si bien durante su última intervención en el programa la mesa redonda el primer secretario del partido y presidente de la Republica de Cuba Miguel Díaz-Canel, reflexionaba sobre algunos de los principales problemas que desde lo social conllevan a ejecutar acciones como las que ya conocemos y que no debemos permitir que se repita; concierne a cada ciudadano estar convencido que los principios no son negociables. Y precisamente ahí está el mérito de la dirección del país, en reconocer el origen de muchos de estos problemas y convocar a resolverlos desde dentro y en ese sentido corresponde trabajar unidos como país.
La búsqueda de alternativas viables para construir ese futuro mejor que todos deseamos debe ser un proceso constante en el que confluyan los criterios bien fundamentados sobre la base del respeto a pensar y expresarnos como bien establece la Carta Magna, pero sin perder la perspectiva que nos conduzca hacia el camino correcto.
Vivimos momentos de definiciones y no de confusiones. Definiciones que lejos llevarnos a ambigüedades, incluyen revisarnos por dentro como seres individuales pero también como sociedad y esto no puede ser un recurso opcional sino obligatorio para todo aquel que decida ser consecuente con la tradición histórica, revolucionara pero sobretodo patriótica de este país.
Definir con objetividad la mejor manera de asumir y resolver nuestras propias dificultades ya sería un paso de avance.
La patria ante todo exige respeto a la verdad.
