Garantiza fábrica de gases industriales oxígeno para centros de salud en Santiago de Cuba

El oxígeno medicinal que requieren las unidades de salud en la provincia de Santiago de Cuba, algunas de ellas en función de atender a pacientes contagiados con la COVID-19, es garantizado por la Unidad Empresarial de Base (UEB) Gases Industriales, ubicada en el poblado de El Caney.

Santiago de Cuba, 22 ene.— El oxígeno medicinal que requieren las unidades de salud en la provincia de Santiago de Cuba, algunas de ellas en función de atender a pacientes contagiados con la COVID-19, es garantizado por la Unidad Empresarial de Base (UEB) Gases Industriales, ubicada en el poblado de El Caney.

Marvelis Rodríguez Sánchez, especialista comercial de la entidad, señaló a la Agencia Cubana de Noticias que el plan de enero es de 72 mil 710 metros cúbicos, cifra ligeramente superior a los volúmenes de producción mensuales del 2020.

Para asegurar la existencia de ese vital renglón en los hospitales los fines de semana refuerzan las entregas para ese período, ya que la actividad de distribución se realiza hasta los viernes, puntualizó.

Desde que comenzó la compleja situación epidemiológica por el nuevo coronavirus en el país, en el primer trimestre del pasado año, la UEB mantuvo estable esta producción y no fue necesario habilitar más turnos de trabajo, detalló Marvellís.

Explicó que el oxígeno medicinal es entregado directamente por personal de la fábrica, ya que la manipulación de los cilindros debe hacerse con cuidado, limpieza y cumpliendo medidas de seguridad, al igual que los protocolos sanitarios por la pandemia.

Señaló, además, que en el municipio cabecera lo garantizan igualmente a domicilio para enfermos que por su patología y estado así lo requieren.

Gases Industriales Santiago también produce oxígeno industrial, demandado para actividades de corte y soldadura.

Otros surtidos que elabora son acetileno, nitrógeno, argón, aire comprimido e hipoclorito de sodio.

Esta fábrica fue inaugurada por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 24 de julio de 1987, en el lugar donde existió antes una planta con tecnología americana que, por su obsolescencia, dejó de funcionar y dio paso a una
procedente de Japón, que se mantiene en explotación. (Marlene Montoya Maza)

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