lunes 08 diciembre 2025

Arturo Duque de Estrada: el secretario clandestino

Recibir un telegrama, cuyo texto decía: “Obra pedida agotada” sea quizás el hecho más trascendente, que hace recordar a Arturo Duque en la historia de la Revolución Cubana. Y es que esas palabras claves, anunciaban la salida del yate Granma, desde México hasta suelo cubano, para reiniciar la lucha armada.

En la calle de San Fermín, número 358, recibió aquella señal de continuidad de combate, el 27 de noviembre de 1956. Pero, lo cierto y justo de reconocer, es que no fue este el único mensaje importante en manos de Duque de Estrada.
Luego de una probada amistad, afianzada entre acciones revolucionarias, humildes gestos e ideales compartidos, Frank País García, lo escoge para trabajar junto a él. Se convierte en el Secretario del jefe clandestino. La oficina era su casa. Por sus manos pasaba toda la correspondencia interna y externa, controlaba las direcciones de todos los responsables del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en los disímiles territorios.

En su hogar se gestó la idea y se planificaron de las acciones del 30 de noviembre de 1956, en Santiago de Cuba. Desde allí Frank, Pepito y Léster Rodríguez impartieron las órdenes a las distintas células y brigadas estudiantiles.

A su haber, se suma la integración al Grupo Operativo del asalto y junto a Vilma Espín, trabajar en la proyección de la organización, propaganda y acción. Después del desembarco del Granma, labora con Celia Sánchez Manduley, en Manzanillo, y en 1958 apoya el avituallamiento del II y III Frente Oriental, capitaneados por Raúl y Almeida.

Su quehacer en las comunicaciones posibilita trasladar mensajes y orientaciones relacionados con los refuerzos de combatientes clandestinos que en marzo y junio de 1957 nutrieron al naciente Ejército Rebelde. Se ocupa, además, de tareas financieras y contribuye a la edición de los primeros bonos del 26 de Julio.

Cada 5 de noviembre, fecha de su desaparición física, el pueblo cubano recuerda a Duque de Estrada, como el humilde maestro, sui géneris secretario revolucionario, quien asumió la responsabilidad de arriesgar su vida en cada mensaje recibido o enviado, consciente que en cada línea se gestaba una auténtica Revolución.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
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Fernando Castro Ortuzar

Duque de Estrada de una fidelidad a toda prueba con el M-26-7, ejemplo para las nuevas generaciones de cubanos