Santiago de Chile, 9 oct.— Con vistas al plebiscito constitucional del 25 de octubre en Chile, las personas que residan en territorios en cuarentena por Covid-19 podrán acudir a votar ese día sin necesidad de solicitar autorización.
En medio de la crisis sanitaria que ha afectado fuertemente a Chile y que todavía mantiene bajo estricto confinamiento a numerosas comunas (municipios), la posibilidad de poder ejercer el voto preocupaba a muchas personas, lo que quedó despejado con esta medida.
Según explicó la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, ‘para facilitar la votación, durante el horario de apertura de las mesas las personas con solo su carnet de identidad van a poder desplazarse para ir a votar’.
La funcionaria del Ministerio del Interior aclaró que esa disposición no significa que las comunas dejen de estar en cuarentena, sino que tendrán este permiso especial, para que la ciudadanía pueda acudir a votar, y lo haga con toda tranquilidad.
Dijo que ‘el objetivo es lograr la mayor seguridad y participación ese día’, aunque advirtió que esta autorización no implica que se puedan realizar otras actividades en esos territorios, para las cuales las personas sí deberán sacar los permisos correspondientes como ocurre en la actualidad.
Sin embargo, sobre un posible sufragio de pacientes activos de Covid-19, la subsecretaria aseguró que se establecerán medidas de control para que las personas con capacidad de contagiar a otros no concurran a los lugares de votación ese día’.
Si eso ocurriera, añadió, se van a adoptar todas las medidas de sanidad en los colegios electorales para proceder a una desinfección inmediata para poder garantizar la seguridad de la salud de las personas que concurran.
Para el histórico plebiscito están convocadas más de 14 millones 700 personas, y según estudios de opinión, debido a la trascendencia de este acontecimiento que decidirá si Chile se dota de una nueva Constitución, existe entre la población un gran interés por participar en el sufragio.
Incluso se plantea que pudiera ser la elección con mayor asistencia desde el plebiscito de 1988, que decidió la salida del dictador Augusto Pinochet del poder, y que alcanzará cerca de 70 por ciento de participación, por lo menos 15 por ciento más que una presidencial.
