La Habana, 13 oct.— La banca de Cuba celebra hoy los 60 años de su nacionalización con nuevos retos para garantizar la soberanía financiera y el desarrollo económico, en medio del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.
El paso del sistema bancario de la isla a las manos del Estado, el 13 de octubre de 1960, posibilitó detener el robo y fuga hacia el exterior de la riqueza nacional y privar de un importante soporte financiero a las conspiraciones contra la naciente Revolución cubana, orquestadas desde Washington.
Mediante la Ley 981, impulsada por el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara, se eliminó uno de los instrumentos más eficaces de la intromisión de Estados Unidos en el desarrollo histórico de la isla.
En sintonía con esos propósitos, seis décadas después el sistema bancario nacional se prepara para jugar un rol fundamental en la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria, introducida en la década de los años de 1990 para enfrentar la crisis derivada de la caída del campo socialista y la pérdida abrupta de ese importante mercado.
De acuerdo con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, la unificación de la moneda y del tipo de cambio permitirá fortalecer la empresa estatal socialista, reordenar el comercio interior, y modificar el sistema de distribución de divisas.
Busca, además, la participación de la industria nacional como importante proveedor de bienes y servicios, y el incremento y diversificación de las exportaciones, así como el diseño e implementación de incentivos fiscales para los exportadores; y el perfeccionamiento del trabajo del sector no estatal.
Entre los desafíos del sistema bancario cubano este año está, además, lograr una política que estimule más el comercio, la inversión, y dinamice el sistema de créditos y microcréditos.
En palabras del jefe de Estado cubano: ‘que además de facilitar la inversión, el desarrollo, el fomento de los principales actores económicos, favorezca también a las personas naturales’.
