La Habana, 18 sep.— Ante el peligro invisible que significa la expansión del SARS-COV-2, sobre todo en las provincias en que revela mayores índices de presencia e infectación, cada medida de contención exige un rigor adicional en su cumplimiento, «una alta dosis de disciplina y mucha comprensión por parte de la población».
Así lo reafirmó el general de división de la reserva Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, al recorrer los territorios centrales de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, amenazados sensiblemente por la propagación del nuevo coronavirus.
En la primera de ambas provincias, Pardo Guerra llegó hasta el municipio de Jatibonico, donde constató las acciones emergentes para el control del evento de transmisión local en la comunidad cañera de Bernal –a unos 20 kilómetros de la cabecera–, a propósito de lo cual permanecen bajo estricta vigilancia todos sus habitantes y los de otros asentamientos aledaños como Vigía y Melones, que en total suman unas 700 personas.
También estuvo en áreas del consejo popular de Venegas, en el norteño municipio de Yaguajay, donde calificó de oportunas las decisiones de las autoridades territoriales.
Antes, en la provincia de Ciego de Ávila, intervino en una sesión del Consejo de Defensa Provincial (CDP), en la cual apeló a actuar con severidad contra «los violadores de las medidas sanitarias y los que incurran en actividades económicas ilícitas».
También se interesó por las capacidades existentes en la provincia para el ingreso de contactos sospechosos y para hacer frente al rebrote de la COVID-19, el mayor del país en estos momentos, con un fallecido, 35 casos positivos y una tasa de incidencia de 56,08 por cada 100 000 habitantes, también el más elevado de la nación.
Ciego de Ávila dispone de 38 centros activados para contactos y sospechosos en todos los municipios y hasta el momento se encuentran ingresados en ellos poco más de 2 000 personas.
