Moscú, 30 jul.— Rusia reiteró hoy su rechazo a las acusaciones de una supuesta injerencia del Kremlin en los asuntos internos de Estados Unidos, en especial, en su proceso electoral.
El senador Alexei Pushkov destacó la tendencia a la alucinación del secretario norteamericano de Estado, Michael Pompeo, quien afirmó que Rusia se inmiscuye en los comicios del paÃs norteño desde 2008.
Pushkov, al frente del comité de polÃtica informativa del Consejo de la Federación (senado ruso), indicó que Rusia para nada estarÃa interesada en influir de alguna forma en el proceso electoral estadounidense.
Acaso se podrÃa intentar variaciones en la polÃtica norteamericana, para luego situar en la Casa Blanca a halcones republicanos o al propio demócrata Barack Obama, con quien nunca tuvimos un acercamiento, se preguntó el también comentarista de televisión.
El secretario norteamericano de Estado solo vive en un mundo irreal. Pompeo in Wonderland, comentó el senador ruso.
Moscú en todo momento negó la más mÃnima posibilidad de interferir en las elecciones estadounidenses, algo que tampoco fue capaz de demostrar una comisión dirigida por el fiscal Robert Mueller que por casi tres años investigó esa posibilidad y la implicación en ello de Donald Trump.
Tras una reunión con su par norteamericano en la recién celebrada cumbre del Grupo de los 20, en Osaka, el presidente ruso, Vladimir Putin, recalcó que en ningún momento hubo el más mÃnimo intento de incidir o interferir en los comicios presidenciales de noviembre de 2016.
A diferencia de Rusia, Estados Unidos practica abiertamente lo que la propia Casa Blanca reconoce como ‘injerencia con propósitos positivos’ en los asuntos internos de esta nación, a través de su embajada en esta capital, organizaciones no gubernamentales y otras vÃas.
Moscú en su momento expuso el largo historial de la injerencia, tanto polÃtica como militar, de Estados Unidos en todo el mundo y en especÃfico en Rusia, incluida la incitación para realizar protestas masivas en esta capital, a finales de 2011.
Expertos consideran que la acusación de injerencia contra Rusia es resultado de la incapacidad de los demócratas en Estados Unidos de asumir su derrota en las presidenciales de 2016 y de contar con un pretexto para mantener le tensión con Moscú.