El tributo a los grandes hombres que dejaron sus huellas, desde sus principios dignos y altruistas por el bien de los demás, forma parte indisoluble de la vida de los cubanos en cualquier espacio de su geografía, de ahí el acontecer preparatorio actual en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba para honrar la memoria de Emilio Bacardí Moreau.

Según se prevé, el próximo día 25 en el cementerio de la Ciudad Héroe de la República de Cuba se conmemorará el centenario de la exhumación de los restos del insigne patriota cubano Emilio Bacardí, que, desde su enterramiento el 29 de agosto de 1922, ocuparan espacio en el panteón familiar y luego fueran depositados en el reconocido obelisco funerario, y así alistarse entre los tesoros monumentales de grandes figuras de la historia, emplazados en el referido campo santo.
La recordación a tan significativo hecho será momento oportuno para realzar la prolífera obra artística y el emprendimiento de un hombre cabal, que respondió con su pensamiento y accionar a las circunstancias políticas y sociales que les tocó vivir.
A Emilio Bacardí Moreau se le reconoce como patriota cubano, historiador, novelista, dramaturgo y divulgador de la cultura, por lo que su prestigio, aguda visión y amplia actividad propiciaron su nombramiento como alcalde de Santiago de Cuba, al concluir la denominación española. Fue un fervoroso revolucionario, que conoció los avatares de la cárcel por defender la causa independentista.

EL Museo que hoy lleva su nombre fue fundado por él el 12 de febrero de 1899, ubicado otrora en la calle Félix Pena. Luego, en 1901, por su valioso desempeño, esta vez, la votación popular decidió su condición como alcalde y prosiguió su obra a favor de la cultura con acciones como la apertura de una biblioteca anexa al museo.
Asimismo su impronta en la novelística está en varias producciones tales como en la reconstrucción de la gesta libertadora de los 10 años en la llamada ‘Vía Crucis’ (Barcelona 1914), donde se revela el acontecer y las costumbres de la época; de igual modo se adentró en la novela historia con la conocida producción literaria ‘Doña Guiomar’. Mas su mayor alcance como historiador lo logra con los 10 tomos escritos de crónicas de Santiago de Cuba, donde aparece una recopilación de documentos e informaciones de incalculable valor desde la fundación de la Villa por Diego Velázquez, en 1515. Otros libros engrosaron su amplia realización literaria.
Este ilustre santiaguero fue sobre todo un cubano auténtico, identificado con las urgencias de su época, por lo que nunca cejó en su empeño de defender la soberanía y así lo prueba su posición determinante de no alienarse a la intervención norteamericana en 1906. Su espíritu liberal y progresista fue demostrado en todo momento tal y como en la concesión de empleos en el Ayuntamiento a las mujeres, especialmente a aquellas de familiares muertos en la lucha por la independencia.
Aún los santiagueros celebran con orgullo, compromiso y mucha lealtad el advenimiento de cada año con la Fiesta de la Bandera, que fuera instituida a propuesta de Ángel Moya y Portuondo y que contara con todo su apoyo.
Emilio Bacardí Moreau quedará por siempre en el recuerdo imborrable de su pueblo, como uno de esos hombres que dejó irrefutables huellas por la grandeza de su obra e identificación plena con la justicia necesaria, en momentos que los cubanos empinan su nacionalidad al grito de libertad o muerte, sin intromisión extranjera para el bien de la Patria.