miércoles 30 julio 2025

Pedro Felipe Figueredo Cisneros: El Poeta de la Libertad Cubana

Su himno "La Bayamesa" sigue siendo un canto poderoso que evoca el espíritu indomable del pueblo cubano. En cada nota y cada verso, Perucho nos recuerda que la lucha por la libertad es una herencia que debemos honrar y continuar

En la historia de Cuba, pocos nombres resuenan con la fuerza del de Pedro Felipe Figueredo Cisneros, conocido cariñosamente como «Perucho».

Nacido en Bayamo el 18 de febrero de 1819, Perucho no solo fue un abogado y un intelectual; su legado perdura en las notas de un himno que convirtió en símbolo de la lucha por la independencia cubana,  la vida y obra de un hombre cuya pasión por la libertad lo llevó a convertirse en un ícono de la resistencia cubana.

Un Crisol de Influencias

La vida de Perucho se forjó en un entorno rico en cultura y pensamiento crítico. Desde su infancia en Bayamo, donde la tradición y el espíritu revolucionario se entrelazaban, hasta su formación en La Habana y España, su educación fue un crisol de ideas. En el colegio Carraguao, bajo la influencia del pensador José de la Luz y Caballero, Perucho desarrolló una mente aguda y crítica que lo prepararía para los desafíos que vendrían.

Un Hombre de Familia y Cultura

A pesar de sus compromisos con la causa independentista, Perucho nunca descuidó su vida familiar. Junto a su esposa Isabel Vázquez y Morales, formó un hogar con once hijos, demostrando que el amor y la familia eran pilares fundamentales en su vida. Además, su pasión por la cultura lo llevó a fundar la Sociedad Filarmónica de Bayamo, un espacio dedicado a promover las artes y el conocimiento.

La Pluma como Arma de Lucha

La escritura fue otra de las grandes pasiones de Perucho. A través de sus artículos en periódicos locales y foráneos, extendió su voz en favor de la libertad y el bienestar de su tierra. Sin embargo, su firme postura lo llevó a enfrentar la represión del gobierno español, obligándolo a abandonar Bayamo en busca de un refugio donde pudiera seguir luchando por sus ideales.

El Regreso y el Progreso

Tras un tiempo en La Habana, Perucho regresó a su ciudad natal, donde no solo se dedicó a la escritura, sino también al progreso económico. Reconstruyó el ingenio Las Mangas y participó en el trazado del primer ferrocarril de Cuba, un proyecto que simbolizaba la unión y el avance hacia un futuro mejor para la isla.

El Grito de Independencia

La guerra por la independencia cubana estalló en 1868, y Perucho no dudó en unirse al Comité Revolucionario. Con el grito de libertad de Carlos Manuel de Céspedes resonando en La Demajagua, él lideró la división La Bayamesa, defendiendo con valentía su tierra natal. Fue durante este tiempo que Perucho compuso «La Bayamesa», el himno que se convertiría en símbolo de la lucha por la independencia.

El Himno de la Libertad

El 20 de octubre de 1868, cuando Bayamo se rindió a las tropas insurgentes, Perucho estaba presente en la plaza de la parroquia, montado sobre su caballo Pajarito. En ese momento histórico, su alma creativa dio vida a los versos que resonarían por generaciones. Aunque a menudo se cree que fue un acto improvisado, Perucho había trabajado en la letra desde agosto de 1867, refinando cada palabra hasta lograr la versión final que entregó a Manuel Muñoz para su musicalización.

Reconocimiento y Legado

Su valentía no pasó desapercibida; en Guáimaro fue nombrado Mayor General del Ejército Libertador y Sub-Secretario de Guerra. El legado de Perucho Figueredo Cisneros es innegable: su vida y obra son testimonio del fervor por la libertad que caracterizó a una generación de cubanos dispuestos a luchar por su independencia.

Conclusión

Pedro Felipe Figueredo Cisneros es más que un nombre en los libros de historia; es un símbolo de resistencia y amor por Cuba. Su himno «La Bayamesa» sigue siendo un canto poderoso que evoca el espíritu indomable del pueblo cubano. En cada nota y cada verso, Perucho nos recuerda que la lucha por la libertad es una herencia que debemos honrar y continuar.

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