viernes 18 julio 2025

La historia también vive en lo cotidiano

El presidente de la asociación de base de los combatientes de la revolución se esmeraba, con la paciencia que dan los años y la memoria cultivada en la historia viva, en dar forma a una agenda de actividades para los meses de julio y agosto. Su intención era noble: rendir homenaje a los 510 años de la villa de Santiago, a los 72 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, y a los 99 de Fidel.

Pero la realidad, terca como suele ser, le recordaba una y otra vez las limitaciones físicas de la mayoría de los asociados, y la propuesta, por lo tanto, empezaba a complicarse. Fue entonces cuando, en medio del diálogo, uno de los asociados tomó la palabra y comentó: “Seguimos pensando en visitas a sitios históricos de renombre como si ellos fueran toda la historia de Cuba”, dijo y precisó: “La historia está ahí, escrita en los símbolos, en la memoria de la gente, en lo cotidiano; solo espera por nosotros para ser contada, porque si no se cuenta, si no se visualiza, si no se recrea, entonces no existe”.

Y como la historia no vive solo en las piedras ilustres ni en las fechas grandes, sino también en los gestos pequeños, en las palabras no escritas, en los silencios que piden ser escuchados, otro de los asociados propuso con serenidad: “Podemos convocarnos en lugares poco conocidos del barrio, rescatar su historia desde la esquina, desde la escuela; hacer actividades con los niños, sentarnos en algún sitio a conversar y compartir un té, porque, al fin y al cabo, somos parte de esta ciudad y, como tales, parte de su historia y de la historia que ha ido tejiendo la revolución”. Y fue así como, con sencillez y voluntad del colectivo, fue naciendo la agenda.

En octubre del año 2000, el propio Fidel, durante un intercambio con un grupo de historiadores, subrayó: “Tenemos que saber mucho de la historia de Cuba (de la Cuba profunda) por una cuestión de identidad, para que nos sepamos valorar a nosotros mismos, para que nuestro pueblo se valore a sí mismo”.

Esta reflexión del comandante encuentra eco en las palabras de Miguel Díaz-Canel Bermúdez durante el X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC): “Es tiempo de robustecer la conciencia, la cultura y el espíritu antimperialista que está en la esencia de nuestra lucha…”.

Como parte de esa esencia, los combatientes y el pueblo pueden, y deben, contribuir al conocimiento de nuestra historia, enriqueciéndola y haciéndola más creíble desde la realidad concreta en la que cada quien se desenvuelve.

Un buen ejemplo de ello es la actividad que, como parte del plan que se concretó, liderearon en su barrio los miembros de la asociación de base, Salvador González Pineda y Rolando Nápoles Ferrer, junto a un grupo de niños del edificio donde residen y de los alrededores.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…