sábado 17 mayo 2025

Día Internacional de la Convivencia en Paz: Un llamado urgente

En un escenario global marcado por el estruendo de los misiles en Ucrania, los ataques recurrentes en Medio Oriente y la tensión silenciosa de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Día Internacional de la Convivencia en Paz (celebrado cada 16 de mayo desde 2018) emerge no como una utopía, sino como un recordatorio urgente: la convivencia pacífica es el único camino viable para la supervivencia humana. 

Instituido por la ONU en 2017 con el apoyo de la ONG AISA, este día busca movilizar a la comunidad internacional hacia la tolerancia, la inclusión y la solidaridad. Sin embargo, en 2024, sus principios resuenan con ironía ante conflictos que amenazan con normalizar la violencia como lenguaje político. La operación militar especial de la Federación de Rusia en Ucrania, ahora en su tercer año, ha dejado miles de muertos y una crisis energética global. En Medio Oriente, ciclos de violencia entre Estados y grupos armados perpetúan el sufrimiento civil. Mientras, la rivalidad entre Washington y Pekín, más allá de los aranceles, es una pulseada por el dominio tecnológico y geopolítico que fragmenta al mundo en bloques. 

Frente a esto, la ONU insiste en que la paz no es solo la ausencia de guerra, sino un ejercicio activo de reconciliación y diálogo. ¿Cómo aplicar este ideal en un contexto tan adverso? La respuesta podría estar en lo micro antes que en lo macro. El llamado a resolver «problemillas» personales (mensajes de reconciliación a un familiar o amigo) no es trivial: es un recordatorio de que la paz se construye desde los cimientos de lo cotidiano. Del mismo modo, educar a los niños con libros siembra empatía en generaciones que heredarán estos conflictos.

Este día también invita a reflexionar sobre cómo las grietas globales reflejan nuestra incapacidad para gestionar diferencias. Si Ucrania y Rusia, o Israel y Palestina, necesitan mesas de diálogo, los ciudadanos podemos ser embajadores de ese espíritu: rechazar la polarización en redes sociales, tender puentes culturales o cuestionar discursos de odio. La paz exige hábitos, como subraya la ONU: escuchar al otro, incluso cuando su verdad nos incomoda.

En un mundo donde hasta la economía se weaponiza, la convivencia pacífica es el mayor acto de rebeldía. Celebrar este día no es un gesto ingenuo, sino un compromiso con un futuro donde la diversidad no se resuelva con bombas, sino con respeto. Como escribió el poeta John Donne: «Ningún hombre es una isla».

Hoy, esa verdad es más clara que nunca. La paz no será un regalo de los gobiernos, sino una conquista colectiva, un hábito que empieza en casa y se expande hasta las fronteras más conflictivas. El 16 de mayo es, quizás, la fecha para recordarlo.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
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