sábado 15 noviembre 2025

Voces y contrastes en Santiago de Cuba, después del huracán

Santiago de Cuba vive días de cambios y tensiones. Para muchos, el paso del huracán Melissa ha puesto en evidencia dos realidades que coexisten en el panorama nacional: por un lado, el esfuerzo del Estado por sostener el proyecto socialista de la Revolución; por otro, la aspiración de ciertos sectores que miran hacia modelos de corte capitalista, promovidos y apoyados desde el exterior.

En las calles se reflejan esas posturas; en las afueras de un centro comercial, un pequeño grupo de personas conversaba recostado al mostrador de un quiosco agropecuario, mientras otros clientes intentaban adquirir el arroz y los cigarros normados recién distribuidos. La charla giraba en torno a las carencias actuales y la gestión gubernamental.

“Mira a esos muertos de hambre la algarabía que tienen para comprar el arroz; la mayoría está por los cigarros pa’ después cambiarlos por aceite o detergente”, comentaba uno de los presentes; otros señalaban directamente a las autoridades: “los jefes son los responsables de toda esta miseria”, y cuestionaban además que “los cuentapropistas y las MIPYMES tengan de todo, y el Estado no”.

Entre las opiniones del grupo predominaba una visión parcial del problema: culpar exclusivamente a los funcionarios estatales por las carencias, ignorando el impacto del bloqueo económico y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, supone desconocer uno de los factores que más condiciona la economía cubana, en un contexto marcado por el propósito de debilitar el sistema socialista.

Durante el intercambio se incorporó un activista político del barrio junto a otros dos compañeros, quienes intentaron explicar las causas estructurales y coyunturales de la crisis, muchas de ellas agravadas por los efectos del huracán Melissa, evento meteorológico que dejó severas afectaciones en la ciudad, sus alrededores y en el resto de los nueve municipios: daños en viviendas, interrupciones prolongadas del servicio eléctrico, deterioro de la situación higiénico-sanitaria y la casi total destrucción de la agricultura, lo que agudiza las limitaciones de recursos, retrasa la recuperación y aumenta la incertidumbre entre la población.

A esta situación extrema se suman la especulación y el abuso en las ofertas de todo tipo de servicios; los precios de los productos alimenticios y de aseo se incrementan sin tener en cuenta su calidad, mientras afloran manifestaciones de egoísmo, como la de quienes prefieren dejar que las mercancías se echen a perder y desecharlas antes que reducir los precios o donarlas a quienes más lo necesitan.

Paralelamente, se intensifican los intentos de desinformación y desánimo por parte de grupos y personas que difunden rumores y críticas que desvían la atención de las causas reales de los problemas y contribuyen, de manera consciente o no, a reforzar narrativas externas que buscan presentar a Cuba como un “Estado fallido”.

A pesar de las dificultades, las autoridades locales insisten en que la prioridad continúa siendo la recuperación de los daños y la atención a las personas y comunidades más afectadas, al tiempo que se refuerzan las campañas de esclarecimiento y el trabajo político en los barrios. Los revolucionarios, esa mayoría que cree en el proyecto socialista cubano,  no pueden desmovilizarse: la orientación permanece intacta desde aquel primero de enero de 1959.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
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