jueves 31 julio 2025

El luto que encendió la llama de Cuba

Hoy, 30 de julio, Cuba se viste de memoria y honor. Es el Día de los Mártires de la Revolución, una fecha que trasciende el mero calendario para convertirse en un pilar de la identidad nacional. Un día escogido no al azar, sino marcado a fuego por la sangre de dos jóvenes cuyo sacrificio se convirtió en grito de lucha, hablo de Frank País García y Raúl Pujol Arencibia.

La historia de este día es un relato de traición y brutalidad, pero también de valor indomable. En las calles de Santiago de Cuba, epicentro creciente de la resistencia contra la tiranía de Fulgencio Batista, ambos jóvenes fueron capturados vilmente producto de una delación. El cuerpo represivo batistiano no tuvo piedad, fueron acribillados a balazos con ensañamiento. Este crimen, lejos de amedrentar, inflamó el espíritu rebelde.

La pérdida de Frank País, en particular, fue un golpe profundo para el Movimiento 26 de Julio. No era un combatiente más, era el Jefe Nacional de Acción y Sabotaje, un estratega de excepción cuya integridad, inteligencia y valor deslumbrante le habían granjeado la admiración unánime de sus compañeros. Su huella era indeleble, fue el artífice del crucial alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago, acción destinada a apoyar el desembarco de los expedicionarios del Granma.

La dimensión de su pérdida quedó plasmada en las palabras del líder histórico, Fidel Castro, quien, al conocer la noticia, lo llamó «el más valioso, el más útil, el más extraordinario de nuestros combatientes». Un reconocimiento que sin duda, sintetiza el vacío que dejaba su ausencia.

Pero la tiranía subestimó el poder del martirio, al día siguiente de la muerte de Frank, durante su sepelio en las calles de su natal Santiago de Cuba, estalló algo más que dolor, estalló una inmensa manifestación popular. Fue un duelo convertido en protesta masiva, un punto de inflexión que demostró la extensión del descontento y que impulsó decisivamente el movimiento insurreccional en toda la isla. La muerte de Frank y Raúl no apagó la lucha; la avivó.

Por ello, este 30 de julio es mucho más que recordar a dos héroes. Es la fecha que sintetiza el perenne tributo de Cuba a todos sus mártires. A los más de 20.000 cubanos y cubanas que ofrendaron sus vidas en la épica batalla por derrocar a Batista. Y, en un sentido más amplio, es el hilo que conecta esa gesta con el sacrificio de quienes, desde 1868 y 1895, se lanzaron a las luchas por la liberación nacional.

Hoy, al conmemorar a Frank, a Raúl y a todos los caídos, Cuba no solo mira al pasado con respeto; reafirma que el precio de su soberanía fue pagado con la sangre más generosa. Su memoria es la brújula que sigue señalando el valor de la libertad y la dignidad patria.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…