Cuando los sentimientos nobles y lĆmpidos marchan de la mano del raciocinio en defensa de la verdad, no hay fuerza malĆ©fica que pueda detener el avance de los procesos, en busca del bienestar de las personas.
No se trata de una reflexión extraĆda de un texto ajeno, es una conclusión devenida, al calor de un espectĆ”culo reciente, protagonizado por ese proyecto exitoso cubano, donde los niƱos, al amparo del arte, son los ejes principales para orgullo de la nación: La Colmenita.
En muchas oportunidades los televidentes o espectadores en diferentes escenarios hemos disfrutado de propuestas interesantes y conmovedoras por el contenido, traducido con talento y extraordinaria belleza artĆstica, a partir de la sagacidad de su director general Carlos Alberto Cremata y de Claudia AlvariƱo DĆaz (Mumi), en su condición de directora del emblemĆ”tico proyecto, compuesto por un colectivo de infantes muy inteligentes.
Esta vez fueron mucho mƔs allƔ al adentrarse en la esencia de nuestros problemas actuales con la fortaleza determinante de la verdad, como necesidad imponderable para, desde poderosas razones comprender los porquƩs, afianzar la unidad, sanear el camino de errores y permear las acciones con amor.
Niños y niñas, bajo la conducción de Mumi, a semejanza de una maestra en intercambio con sus alumnos, revelaron situaciones reales, abusivas y plenas de odio, generadas por el genocida bloqueo imperial contra la población cubana. No fueron textos discursivos, sino pinceladas reales de acontecimientos diabólicos, que pretenden lacerar la voluntad de los nativos, confundir, sofocar por desesperación y hambre, y flagelar la confianza en la Revolución.
Nuestro apóstol decĆa: āĀæQuĆ© es el arte, sino el modo mĆ”s corto de llegar al triunfo de la verdad, y de ponerla a la vez, que perdure y centelle en las mentes y en los corazones?…ā
Sucede que La Colmenita logró con esa puesta artĆstica llegar a la mente y calar hondo en los sentimientos de las personas; dio una lección de cómo razonar e ir a la esencia de los problemas, a la naturaleza de las cosas, a quĆ© hacer ante el agobio propio por la asfixia de carencias e inconvenientes actuales; desentraƱar las causas y sus responsables, y sobre todo unirnos en abrazo apretado y potenciar la identidad de los cubanos, como hermanos que colman historias de heroĆsmo y amor.
āUna Colmena encerradaā, nombre que identificó la puesta, abrió con una invitación a recorrer el camino de las esencias y acentuó cómo los conocimientos recogidos en la ciencia, la literatura, la historia y las personas pueden ayudarnos a transformar el mundo. AsĆ tambiĆ©n quedó demostrado cómo se siente una colmena cuando le cierran todas las salidas y sus abejas no pueden hacer la miel con su trabajo, ni vivir honradamente de ello; imagen fiel de lo que sucede con los efectos del bloqueo, de ahĆ la necesidad de descubrir las esencias y no caer en la complicidad de los errores.
El cierre fue emocionante y vigoroso: āVamos a esforzarnos mĆ”s que Cuba es de todos los cubanos buenos: salvando la colmena, rompiendo el muro y tumbando el bloqueoā. El desafĆo es tĆ”cito y permanente: estrechar la unidad, consciente de las esencias de los problemas y eso nos permitirĆ” corregir los errores, trabajar con inteligencia y creatividad, y avanzar.