Los días 16 y 17 de mayo se desarrolla en Cuba el XIII Congreso de la AsociaciónNacional de Agricultores Pequeños (ANAP), un evento que coincide con las celebraciones por el Día de la Reforma Agraria y el Día del Campesino.
El congreso tiene como objetivo principal analizar las dificultades concretas que enfrentan hoy los trabajadores del campo en su labor productiva, así como socializar experiencias exitosas y definir estrategias que fortalezcan la soberanía alimentaria del país.
Esta cita nacional adquiere un valor simbólico y práctico al recordar uno de los hitos históricos más relevantes en la relación entre la Revolución Cubana y el campesinado. Se cumplirán 67 años, del 21 de septiembre de 1958, cuando Raúl Castro Ruz, entonces comandante jefe del Segundo Frente Oriental «Frank País», que operaba en un área de más de 12 mil kilómetros cuadrados al este de las montañas del Oriente cubano, se reunió con campesinos de la zona en un histórico encuentro que sería conocido como el Congreso Campesino en Armas.
Aunque celebrado en un contexto muy diferente, el propósito de aquel congreso guarda similitudes con los desafíos actuales: movilizar el apoyo de los campesinos, en aquella ocasión, para sostener la lucha guerrillera a través del suministro de productos agrícolas y contribuciones económicas, en una alianza estratégica por la liberación de un extenso territorio históricamente explotado y marginado.
Celebrado en el poblado de Soledad de Mayarí Arriba, el Congreso Campesino en Armas fue también un mensaje firme a la nación: la revolución asumiría el compromiso de enfrentar de forma directa las injusticias denunciadas por Fidel Castro Ruz en su alegato “La historia me absolverá”, especialmente las relacionadas con la tenencia de la tierra y la exclusión del campesinado, sometido durante décadas a la dominación de los poderes políticos y económicos del país.
Aquel compromiso se tradujo pronto en acciones concretas. El 17 de mayo de 1959, apenas cuatro meses después del triunfo revolucionario, el gobierno promulgó la Primera Ley de Reforma Agraria, que eliminó el latifundio, entregó tierras a miles de campesinos y transformó de manera profunda la estructura agraria del país. En homenaje a esa conquista, se instauró el Día del Campesino Cubano, que se celebra cada 17 de mayo.
En esta fecha, cerca de medio millón de campesinos y sus familias celebran su día en medio de una compleja crisis económica, cuyos efectos impactan de forma directa el trabajo agrícola, contexto adverso que representa tanto un reto como una oportunidad: unir esfuerzos con los trabajadores de las empresas agropecuarias para incrementar la producción nacional de alimentos y aliviar la escasez que afecta a numerosos hogares cubanos.
La historia, una vez más, convoca al campesinado cubano a ser protagonista del esfuerzo colectivo por la soberanía alimentaria y la justicia social, reafirmando su compromiso con el desarrollo agrícola del país y su apoyo incondicional a la Revolución, vocación que será ratificada por los 400 delegados y 100 invitados que participan en el XIII Congreso Nacional de la ANAP.