En las montañas de Mayarí, municipio Segundo Frente de la provincia Santiago de Cuba, el verde se funde con el cielo, y emerge la historia de Celina Ramírez Prades, una campesina que ha convertido la tierra en un símbolo de fortaleza femenina y transformación comunitaria.

Como parte de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) en la comunidad de Yamagua, esta guajira, no solo gestiona un próspero módulo pecuario —espacio dedicado a la crianza de ovejos, cerdos, conejos, aves y una impresionante ganadería con toros seba y vacas en ordeño—, sino que también teje redes de solidaridad desde lo más profundo del campo cubano.

“El módulo pecuario es vida”, afirma Celina mientras explicaba como su producción de leche abastece a cinco bodegas locales, y el excedente llega a fábricas, asegurando que nada se desperdicia.

Pero su labor va más allá de los establos. En 2019, lideró la construcción de 48 viviendas en el Reparto 4 de Abril, un hito que refleja su compromiso con el desarrollo social.

“Cada año hago entre cinco y diez casas. Así aliviamos necesidades y fortalecemos la economía”, comenta con orgullo, señalando las viviendas que hoy son refugio para las familias de la zona .

Celina no se limita a los ladrillos y el cemento. Su corazón late por las mujeres embarazadas, a quienes acompaña; por las escuelas, que reciben su apoyo, y hasta por las tiendas locales, que encuentran en ella una aliada.
“Me gusta el campo, la montaña… aquí siento que mi trabajo tiene sentido”, confiesa, mientras el viento acaricia los cultivos que rodean su UBPC.

Pero lo que más destaca en su relato es la reivindicación de su identidad: “Yo siento un orgullo de ser mujer”, enfatiza.
En un entorno donde históricamente han predominado los hombres, esta fémina desafía estereotipos, demostrando que el empoderamiento se construye con manos laboriosas y visión colectiva.

Su conexión con la tierra no es solo económica, sino afectiva: cada surco, cada animal, cada casa levantada, es un acto de amor por su comunidad y un legado para las futuras generaciones.
Así, entre pastizales y montañas, Celina Ramírez siembra un modelo de liderazgo donde el campo y el género se entrelazan, recordándonos que el desarrollo rural también tiene rostro de mujer, a sola días de celebrar este 17 de mayo la firma de la ley de reforma Agraria.