domingo 12 octubre 2025

La retórica imperialista, el gobierno de Trump y su impacto en Cuba

El comunicado del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, sobre Cuba, se publicó el 31 de enero y se ha vuelto viral en las redes sociales. En él, se ratifica la continuidad de la política perniciosa instaurada por el presidente Donald Trump durante su mandato anterior, y era predecible que, en esta nueva administración, dicha política se llevaría hasta sus últimas consecuencias, mostrando una disposición clara a intensificarla, incluso hasta el extremo si fuese necesario.

Para cumplir su promesa, Trump no tuvo idea más acertada que designar a Marco Rubio como secretario de Estado, personaje que con su enfoque incendiario se encargará de desmantelar cualquier vestigio de decencia o humanidad que aún permanezca en la política imperial hacia la isla, como lo demuestra la reciente inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, y estará dispuesto a implementar todas las medidas necesarias para fortalecer el prolongado bloqueo que, hasta la fecha, ha ocasionado tanto sufrimiento y miseria al pueblo cubano.

Según Marco Rubio, representante de la esencia de los gobiernos estadounidenses, «El régimen cubano ha respaldado durante mucho tiempo actos de terrorismo internacional», sin embargo, se olvida de reconocer que son precisamente ellos, con su afán de dominio del mundo, quienes hace muchos años lo vienen fomentando con el respaldo a dictaduras en América Latina, promoviendo operaciones como el Plan Cóndor, sembrando destrucción y muerte en el Medio Oriente, respaldando regímenes como el de Israel y desencadenando crisis humanitarias y flujos migratorios sin precedentes.

Sin embargo, no se detuvo ahí e intentó respaldar el contenido de su comunicado y las medidas actuales y futuras que se impondrán: «Exigimos al régimen cubano que cese su respaldo al terrorismo y que deje de proveer alimentos, vivienda y atención médica a extranjeros que han cometido actos violentos, mientras los cubanos sufren hambre y carecen de acceso a medicamentos esenciales».

Emitir una declaración tan cínica requiere una falta de empatía profunda, aunque, lamentablemente, todavía hay muchas personas en el mundo que la aceptan, facilitado, por supuesto, por el control que ejercen sobre las grandes empresas de comunicación y al reparto de favores gubernamentales con los propietarios de estas corporaciones.

En varias de sus declaraciones, Marco Rubio presenta argumentos reales, por ejemplo, que «los cubanos sufren de hambre y la falta de acceso a medicamentos básicos”, que “apoyan los derechos humanos y las libertades fundamentales del pueblo cubano exigiendo la liberación de todos los presos políticos detenidos injustamente (al estilo Made In USA)”, y afirma que “la Embajada de Estados Unidos en La Habana está en contacto con las familias de los detenidos y los disidentes, para transmitirles el apoyo incondicional de Estados Unidos”; eso lo están haciendo desde 1959,pero siendo realistas, como Trump, ninguno;  al menos, los gobiernos anteriores actuaban de manera más encubierta en estos asuntos.

A lo largo de la historia, a los líderes estadounidenses y a los grupos de interés que los respaldan, nunca les han preocupado los derechos de los pueblos, ni la libertad, ni siquiera la de su propia población: las evidencias en el mundo son abundantes. Ahora, Marco Rubio llega al punto de dirigirse a los opositores, a las figuras de la mafia y a los adversarios de la isla, afirmando que desde Estados Unidos «mantenemos nuestro compromiso firme con el pueblo cubano y abogamos por la rendición de cuentas de las acciones del régimen».

Frente a estas acciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba emitió un comunicado calificándolas como un «nuevo acto de agresión sin fundamentos hacia el pueblo cubano, destinado a fomentar escenarios irresponsables de confrontación bajo el pretexto de proteger a Estados Unidos y asistir al pueblo cubano. En realidad, estas medidas buscan imponer una guerra económica contra la nación caribeña, poniendo en peligro su soberanía y el bienestar de su población».

José Martí, el apóstol de la independencia de Cuba, anticipó en el periódico Patria el 11 de junio de 1892: “Nuestro enemigo sigue un plan para enconarnos, dispersarnos, dividirnos y ahogarnos; es por eso que nosotros seguimos otro plan: elevarnos a nuestra máxima capacidad, unirnos, fortalecernos, desafiarlo y finalmente lograr la libertad de nuestra patria. Un plan contra otro plan.»

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
Saludos desde México. La cultura de la previsión así como la calidad en el trabajo ayuda a los pueblos de…
Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
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