Por Gabriela Lozano Montoya Estudiante de Periodismo
En el Consejo Popular Salvador Rosales, en el municipio Songo-La Maya, se encuentra la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 30 de Noviembre, una institución que desde su fundación en 1982 ha sido un modelo de esfuerzo colectivo y superación. Su presidente, Orlinde Hechavarría Sánchez, resalta que la forma productiva no solo actúa como un motor económico, sino que también es un pilar fundamental en el desarrollo social de la comunidad.
Producción y logros
El cultivo principal de la cooperativa es la caña de azúcar, con más de 350 hectáreas dedicadas a esta actividad, sin embargo no se limitan solo a ese objetivo productivo. En sus tierras hay plantaciones de café, plátano, yuca, boniato y hortalizas, lo que demuestra su capacidad para diversificarse y contribuir a la soberanía alimentaria de la región.
Los logros históricos de la cooperativa son notables. En zafras anteriores, lograron rendimientos notables de hasta 115,5 toneladas por hectárea, posicionándose como la segunda mejor estructura productiva de Cuba en este ámbito. Ha mantenido rentabilidad sostenida durante más de dos décadas, incluso ante adversidades como el huracán Sandy y los recientes desafíos económicos.
El impacto de la CPA 30 de Noviembre va más allá de lo económico, contribuyendo a través de contratos sociales con el hospital psiquiátrico, el hogar materno y la atención familiar. También mantienen acuerdos para distribuir productos esenciales en la provincia y más allá.
Orlinde Hechavarría destaca que, a pesar de limitaciones como la falta de neumáticos y baterías para la maquinaria, la clave radica en capacitar al personal y aprovechar al máximo los recursos disponibles. Actualmente la institución cuenta con 78 cooperativistas.
Evangelio Mendoza Pérez, con más de 30 años de experiencia, es uno de los rostros que encarnan el espíritu de la cooperativa. Desde su juventud ha asumido múltiples roles como operador de maquinaria y chofer de camión. Su compromiso es evidente: “Mantener la maquinaria al cien por ciento y cumplir con cada tarea, para que nada quede pendiente de mi parte”.
Por otro lado Darji González Almeida también desempeña un papel crucial para el éxito de la zafra. Su labor consiste en garantizar que la caña llegue al central en las mejores condiciones, evitando pérdidas y asegurando calidad. “Somos reconocidos como una de las mejores cooperativas en calidad de producción”, comenta con orgullo, recordando el reciente reconocimiento recibido en un seminario provincial.
Retos
A pesar de los éxitos la cooperativa enfrenta hoy varios desafíos. La atracción de nuevos trabajadores es un reto constante debido a las condiciones económicas del país y la competencia de otras empresas en la zona. Sin embargo, con una estructura organizativa sólida, esperan superar las metas de la próxima zafra, en la que tienen compromisos específicos con la empresa azucarera Argeo Martínez y el central Paquito Rosales.
Bajo la dirección de Orlinde Hechavarría y con el esfuerzo de trabajadores comprometidos como Evangelio y Darji, la CPA demuestra que, incluso en los momentos más difíciles, la unión y el trabajo colectivo pueden transformar cualquier desafío en una oportunidad.