El vertiginoso crecimiento de las nuevas tecnologías ha transformado la forma de producción de muchos tipos de trabajo a escala mundial. El ejercicio del periodismo no fue la excepción, pues ha sido favorecido en
disimiles aspectos y áreas. En Cuba, aunque condicionados por la brecha digital, los avances tecnológicos en el ámbito informático y nanotecnológico han alcanzado las esferas informativas, permitiendo ejercer el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece la Inteligencia Artificial.
El impacto, los aportes y los riesgos de estas herramientas en el ejercicio del periodismo, continuamente son motivo de debate. Pese a que existen algunos peligros en su uso, es una tecnología que se debe aprovechar en la
profesión. Esta inteligencia permite “tomar el trabajo tedioso” que se realiza en las redacciones y apoyarlo para ahorrar tiempo y recursos. En este sentido, brinda herramientas que permiten a los periodistas mejorar, asistir o agilizar su trabajo.
El empleo de estos sistemas generativos ha llegado al periodismo para ofrecer soluciones rápidas y potentes; aunque, al mismo tiempo, plantea nuevos desafíos. Aplicar esta herramienta a la profesión, no sólo constituye un
reto para los periodistas, sino también para los medios de comunicación en distintas partes del mundo. Las estructuras institucionales y su ubicación en el mapa geográfico, influyen demasiado en la asimilación de esta nueva forma de producción.
A pesar de ello, no podemos descartar la inminente potencialidad de la inteligencia artificial en la automatización de tareas repetitivas, el análisis de grandes volúmenes de datos, la opción de personalizar el contenido para
diferentes audiencias y la generación automática de contenido. Sin embargo, en términos de ética, empleo y calidad del contenido, es necesario analizar el comportamiento de esta herramienta a manos de sus empleadores: los seres humanos. La combinación de la inteligencia humana con las capacidades avanzadas de la IA podría ser el camino más efectivo para avanzar en el campo del periodismo, asegurando la innovación y principalmente la integridad informativa.