Autor: Julio Martínez Molina
Años atrás, en estas mismas páginas de Granma, publicábamos reportajes sobre la mala calidad del agua en Cienfuegos, las dificultades en el abasto y el desaprovechamiento del líquido.
Aunque todavía persisten problemas relacionados con los dos últimos aspectos –si bien menos que en momentos precedentes–, la situación es notablemente menos complicada, y cuanto debe resaltarse hoy día, en verdad, es la puesta a punto de un grupo de inversiones que favorecen sobremanera un sector de tanta urgencia social.
En tal sentido, sobresale la inminente conclusión de la conductora de la zona de Rancho Luna. Valorada en más de 30 millones de pesos, esta obra beneficiará a cerca de 4 000 habitantes del mencionado lugar y del cercano La Milpa, e instalaciones turísticas de esa área, localizada a unos 20 kilómetros de la ciudad cabecera.
La muy próxima activación de la conductora evitará el envío de pipas o patanas hacia los referidos asentamientos, o hacia las instalaciones hoteleras enclavadas en esta zona costera.
Amén de su relieve social, también debe consignarse el económico; por ejemplo, precisa destinarse más de 12 millones de pesos mensuales, solamente por el traslado de carros-cisternas hacia los hoteles Pasacaballo y Rancho Luna, escenario que se revertirá en breve.
La obra, entre las estratégicas de Cienfuegos en la actualidad, fue visitada por el miembro del Buró Político y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda, a inicios de este mes.
Entre las buenas nuevas del sector hidráulico en el territorio también se incluye la próxima reparación de la conductora de Paso Bonito, de cara a lo que la provincia ya dispone de los recursos para sustituir los primeros 150 metros, de los 800 que deben reponerse, como parte de un gradual, pero indispensable quehacer de remodelación en esa significativa instalación.
LOS PANELES SOLARES Y LA DICHA DE CONTAR CON AGUA
De forma paralela a los anteriores objetivos, se materializan otros no menos importantes, como el avance en el cambio de matriz energética, mediante la instalación de paneles solares en los poblados rurales de San Antón, Arimao y Quesada.
María Antonia Barreto Cruz, la operadora de la estación de bombeo de Quesada, perteneciente al consejo popular Pepito Tey, aseguró que los paneles solares han venido a cambiar la vida de la localidad, para bien.
«Yo pensaba que los paneles solares no ayudarían mucho, pero tengo que decir que son perfectos. Siempre tiene que haber sol, pero también con el vapor nos da agua; usted sabe que el agua es el todo en las casas y en la vida cotidiana», compartió, ufana, la lugareña.
Ella significó que los vecinos están muy contentos con este cambio maravilloso. «Tuvimos muchos años sin agua corriente, luchando con pipas, con las que se resuelve, pero no es igual que ahora. Trabajo todos los días y garantizo el agua a los distintos barrios del asentamiento, en días alternos», sostuvo.
No negó María Antonia lo arduo del trabajo; sin embargo, reconoció poder con todo: «Trabajo sola y no hay ningún problema en ir a cambiar la válvula, por ejemplo, y dejar la subestación sola un momento; pero, además, tengo mi horario de almuerzo; así que voy hasta la casa, regreso y trato de ordenar las tareas».