Lo último que dijo Melba a la CMKC

Hace diez años Marzo nos dio la mala noticia sobre el adiós de Melba Hernández  Rodríguez del Rey, otra de las flores autóctonas de la Revolución Cubana y quien dijera en el contexto actual, “necesitamos muchas más mujeres en la primera línea”, aunque es nuestro país un referente del protagonismo de las féminas y del apoyo que reciben en todos los frentes de la vida nacional.

Melba Hernández, Doctora Honoris Causa del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, tuvo un apartado por la CMKC, Radio Revolución, no en calidad de aquella valiente embajadora, fundadora del Partido Comunista de Cuba, miembro del Comité Central desde su Tercer Congreso y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

La genuina luchadora en su última visita a la ciudad de Santiago de Cuba, recibió –como siempre- el agasajo de niños y jóvenes, entonces, no era la misma quien corría en sus ajetreos clandestinos junto a Haydée Santamaría y subía y bajaba lomas con Fidel en el encuentro con las comunidades campesinas en la Sierra Maestra o escalinata arriba por Padre Pico y allá en Isla de Pinos cuando se decretó la amnistía para el líder revolucionario y sus compañeros que se alzaron el 26 de julio de 1953.

Precisamente, la hallé sentada en un balance Don Pancho y en aquella conversación le pregunté por sus recuerdos del Vivac.

__”¡Ay, chico!”, ¿Tù quieres saber lo que era el Vivac?

Micrófono en mano con mi grabadora Sony 5 000ev, precisé de los controles de audio por los dos Vu, porque sabía que era uno de los últimos testimonios, no el final.

Melba, tragó en seco y miró alrededor como un gesto repetitivo cuando estuvo junto a Haydée Santamaría Cuadrado, las dos únicas mujeres presas tras el ataque al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Entonces, me habló de Pez Ferro, quien se salvó gracias a un veterano de la lucha por la independencia, ante la respuesta criminal de los militares batistianos en la entrada al Hospital Saturnino Lora.

Pez Ferro buscó dónde burlar a los soldados de Batista, iba de sala en sala”, hasta que el veterano de origen haitiano le dijo, “ven, sube a la cama y tápate”, luego entraron los militares sedientos de sangre, pero el paciente le dijo, “no, este es mi acompañante, hace días está conmigo y el pobre, no come, ni duerme, por tal de cuidarme”.

Al ser detenidas Melba y Haydée en el hospital provincial Saturnino Lora, temporalmente, fueron llevadas al Vivac, en la calle Aguilera, a sólo cincuenta metros de Padre Pico, y luego, condenadas a prisión en el Reclusorio Nacional para Mujeres, de Guanajay.

La heroína del Moncada me dijo:

__”Pues, como quieres saber lo que era el Vivac, te digo, era un centro lleno de terror y de insalubridad, allí se respiraba el crimen detrás de los gruesos muros y barrotes, los gritos y quejas de los presos, caer en el Vivac era lo último, y sería bueno que ustedes rescataran para las nuevas generaciones lo que era el Vivac, allí donde estuvimos Haydée y yo, presas y sin distinción por ser mujeres, eso era el Vivac”.

Pensé en aquellos relatos fuertes, pero Melba fue más profunda al recomendar muchos estudios y no conformarse con lo aprendido y cerró aquel diálogo con una recomendación para las nuevas generaciones de cubanos y cubanas:

“Nosotros fuimos jóvenes, alegres, enamorados, tuvimos, naturalmente, miedos, pero superamos eso porque era lógico que se esperaba nuestra respuesta como la generación del centenario del natalicio de José Martí, pero éramos unos jóvenes que no hablábamos tonterías, no andábamos en cosas sin sentidos, soñamos y la realidad fue más allá”. Concluyó.

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Jornadas de trabajo intenso; en esta cobertura tuve la oportunidad de acercarme a personas revolucionarias y aman y honran la…
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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