Autor: Madeleine Sautié
La orden de no dejar morir el Congreso, emitida hace casi cinco años por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la más importante cita de los escritores y artistas del país, ha sido acatada por sus directivos y miembros, lo cual quedó constatado ayer, en el Palacio de Convenciones de La Habana, al celebrarse el Consejo Nacional de la Uneac, con el que arrancaron las primeras acciones del X Congreso, que se celebrará en junio de 2024.
La sesión plenaria, presidida por Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político del Partido y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, y Alpidio Alonso, ministro de Cultura –junto a otros dirigentes políticos y de instituciones culturales–, fue ocasión para que Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe de su Departamento Ideológico, informara a los presentes la decisión –tomada por la Comisión Superior de Cuadros del Partido, el Estado y el Gobierno, presidida por Díaz-Canel–, de promover a Luis Morlote Rivas, presidente de la Uneac, al trabajo del Partido, como funcionario de la Estructura Auxiliar del Comité Central para la labor ideológica. En su lugar, se nombró a la musicóloga Marta Bonet, hasta el momento primera vicepresidenta de la Uneac. Para sustituirla, fue designada la periodista Magda Resik, quien fungía como vicepresidenta, cargo que ahora ocupará la artista de la plástica Lesbia Vent Dumois.
«Con esta decisión, no se debilita la dirección de la Uneac, sino que demuestra que la Unión ha sido capaz de forjar cuadros, no solo para la cultura, sino para la batalla de ideas de la Revolución», expresó Polanco, quien, en torno a lo que deberá ser el venidero Congreso, señaló que su proceso orgánico «debe ser acompañado por toda la institucionalidad revolucionaria.
«Ante la agresión implacable del imperialismo, la colonización cultural que nos asedia, los intentos de quebrar la voluntad humana y socavar la unidad nacional, tenemos que lograr una mayor cohesión del tejido espiritual de la nación», refirió.
Miguel Barnet, presidente de Honor de la Uneac y Abel Prieto Jiménez, encomiaron el trabajo desempeñado por Morlote en su historial como dirigente, a la vez que le fue entregado, de manos de Lazo, a modo de obsequio, un cuadro de la artista Hilda Vidal.
En plenaria fueron enunciados, por parte de cada presidente de las diferentes asociaciones, los planteamientos que trascendieron del previo trabajo en Comisiones con que arrancó la jornada. Desde la mañana, las asociaciones de Escritores; Creadores del Cine, la Radio y la Televisión; Artistas Escénicos; Artistas de la Plástica; y Músicos, se reunieron en sus respectivos equipos para debatir, junto a directivos institucionales, los resultados de trabajo a partir de los acuerdos del IX Congreso, y socializar las proyecciones.
Entre los planteamientos abordados en la Asociación de Escritores, presidida por Alberto Marrero, trascendió la necesidad de proyectar la literatura cubana en espacios internacionales, en los que se hace difícil hacer notar la presencia cubana, dadas las hostilidades políticas. Se destacó que, si bien se han ganado espacios literarios, así como su retribución, es preciso recuperar el de la crítica literaria, así como su presencia en los diarios. Se reclamó también la publicación de poesía en revistas digitales y en programas televisivos, dado que la imagen del escritor puede contribuir a la promoción de la lectura. Se defendió con vehemencia la presencia del escritor en las escuelas, desde la primaria hasta el preuniversitario, por ser ámbitos en los que el autor puede dejar grandes influencias y se privilegia su labor. También en la facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
Esas acciones pueden, en gran medida, ganar lectores.
En un aparte, se criticó el no tener una estrategia de colocación del pensamiento cubano a nivel global, que la tienen que crear las instituciones.
Encabezada por Lourdes de los Santos, la Asociación de Cine, Radio y Televisión expuso preocupaciones que giraron alrededor de la necesidad de construir un buen guion defendido por buenos actores, y respecto a la crítica especializada, se hizo referencia a la ausencia del análisis dramatúrgico, lo cual entraña una necesidad. Otro aspecto en el que se detuvo el equipo fue de cara a la enseñanza artística, y se cuestionó quiénes son los que forman hoy los claustros –integrados mayormente por egresados–, carentes de los principales talentos del país, que deberían estar garantizando la educación de sus propios sucesores.
Los Artistas Escénicos, conducidos por Francisco (Pancho) García, contemplaron en su informe la necesidad de continuar trabajando para que los espectáculos musicales y danzarios para el turismo sean expresión de lo mejor de nuestra tradición cultural, así como insistir en potenciar la asistencia de turistas a los espectáculos propios de las artes escénicas. Trascendió la importancia que tienen las danzas populares, y la representación vernacular que atraviesa a esa manifestación artística, así como la detallada revisión de los programas de estudio; también la necesidad de estimular económicamente a ese talento que decide ejercer la pedagogía en la enseñanza artística.
Otra preocupación fue la marcada carencia de cultura general de muchos directores y coreógrafos en la actualidad, así como de la emigración de los técnicos y especialistas, que afecta la calidad de los espectáculos.
La Asociación de Músicos, dirigida por Orlando Vistel, defendió la necesidad de promover el movimiento sinfónico en el país, así como el hecho de que la enseñanza de la música popular debe estar incluida en planes y programas, para garantizar la calidad de las presentaciones artísticas.
Otro elemento expresado fue el sacar provecho a La Habana y a Santiago de Cuba como ciudades creativas de la música, para potenciar el desarrollo de esa industria.
Los Artistas de la Plástica, bajo la conducción de su presidenta, Lesbia Vent Dumois, debatieron un informe en el que se recogió como una debilidad la ausencia de crítica artística en el universo de las artes visuales en el país.
Se expuso, entre otras acciones, la apertura de la Galería de 23 y 12 como espacio de promoción y comercialización del humor gráfico, uno de los acuerdos del Congreso, así como la realización de la 23 Bienal Internacional del Humor Gráfico de San Antonio de los Baños.
La jornada devino señal de arranque para abrir los debates del X Congreso, y diseñar los nuevos desafíos de la organización que agrupa a los escritores y artistas cubanos.
En la sesión plenaria, poco antes de que se diera la noticia de la nueva tarea que asumiría, Morlote se dirigió a sus compañeros de causa:
«No hemos dejado morir el Congreso, como nos pidió el Presidente Díaz-Canel, al clausurar aquel foro en 2019. Tenemos siempre presentes las ideas de Fidel en sus Palabras a los Intelectuales, de las cuales celebraremos, justo en la jornada final del X Congreso, 63 años. No olvidamos la exhortación que nos hiciera el General de Ejército Raúl Castro, en ocasión del aniversario 55 de la Uneac, de «encarar con valentía, compromiso e inteligencia los complejos desafíos del presente». Nos anima la certeza expresada por el sabio cubano Fernando Ortiz, que ya preside nuestros debates, de que “la Cultura es la Patria”».
Después, con la emoción a flor de piel, pero listo ya para subirse a otro estribo, confesó a los presentes que pertenecer a la Uneac es defender el derecho a las utopías, desde el trabajo infatigable en equipo que no debe cambiar, sino que es preciso que se fortalezca, para el beneficio de la cultura.
Una ovación cerrada habló en nombre de la confianza de las nuevas tareas que sabrán defender él y un equipo de trabajo que ha mantenido vivo el Congreso.
