Fidel y Raúl histórico encuentro en Cinco Palmas

Margarita Piedra Cesar
Margarita Piedra Cesar
Jefa de redacción digital

Santiago de Cuba, 18 dic.— La fecha del 18 de diciembre y el nombre de Cinco Palmas recordarán siempre a los cubanos uno de esos instantes que expresan la grandeza de espíritu, la fe en una causa, la decisión de lucha y la confianza en la victoria, a pesar de las adversidades por la que tengan que atravesar los hombres.

El 5 de diciembre de 1956, tras el llamado desastre de Alegría de Pío, los 82 expedicionarios del yate Granma fueron sorprendidos por el ejército, matando a tres de ellos y obligando a los 79 restantes a dispersarse divididos en grupos por toda aquella zona cañera sur oriental, aún bastante lejana de la Sierra maestra.

Entre esos grupos se encontraban los de Fidel, Raúl y Almeida, que durante varios días caminaron errantes, hasta que lograron encontrarse con campesinos que Celia Sánchez había dispuesto para recibir a los expedicionarios y conducirlos a las montañas, para reiniciar la lucha revolucionaria.

El primero en constatar con uno de esos campesinos fue el grupo de Fidel, integrado por Universo Sánchez y Faustino Pérez, siendo trasladado hasta la Finca de Mongo Pérez, en Purial de Vicana, un intrincado paraje cañero de la zona de Media Luna adonde llegaron la noche del 16 de diciembre de 1956.

Por su parte, el grupo de Raúl, integrado por Ciro Redondo, René Rodríguez, Efigenio Amejeira y Armando Rodríguez, también fueron auxiliados por familias campesinas que los trasladaron hasta Cinco Palmas, en Purial de Vicana, donde se produjo en la noche del 18 de diciembre el reencuentro entre los hermanos de sangre y de lucha Fidel y Raúl.

En Cinco Palmas, a la luz de la luna y rodeado de inmensos cañaverales, se produjo el histórico reencuentro donde Fidel le preguntó a Raúl qué cuántos fusiles traía y al contestarle este que cinco, el líder de la Revolución exclamó: “¡Y dos que tengo yo, siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!

No obstante, las circunstancias que caracterizaron el desembarco de la expedición del yate Granma, el desastre de Alegría de Pío y las adversidades de los días de azarosa marcha hasta el reencuentro con Raúl, Fidel no disminuyó un ápice su convicción patriótica y revolucionaria y la seguridad en el triunfo, expresada en el diálogo con su hermano en Cinco Palmas.

Días después se le uniría el grupo de Almeida integrado por el Che, Ramiro Valdés, Reynaldo Benítez y Rafael Chao y en las fechas siguientes se incorporarían otros expedicionarios, que serían los que el 25 de diciembre de 1956 ascenderían al firme de la Sierra Maestra, para iniciar nuestra última gesta de Liberación Nacional.

También justo dos años después de aquel encuentro de Fidel y Raúl en Cinco Palmas, el 18 de diciembre de 1958 ya en las postrimerías de la guerra los dos hermanos volvieron a reencontrarse después de varios meses sin verse en la Comandancia de La Rinconada, próximo a Jiguaní, para desde ahí marchar juntos hasta la victoria final el Primero de Enero de 1959 en Santiago de Cuba.

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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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