La familia a instancia de cualquier sociedad cumple un rol importante, a partir de los lazos afectivos y la formación de patrones, en relación con cada formación social, acontecimientos históricos, vivencias y normas que dejan su impronta de generación en generación, acordes con los valores construidos.
La nación cubana no está exenta de las características generales que definen el núcleo básico de la sociedad, pero si le asiste el beneficio de contar con un cuerpo de legislaciones que priorizan su bienestar, sobre todo a partir del establecimiento de un Código, eminentemente basado en los más sublimes sentimientos.
Cuando en el año 2022 quedara aprobado el Código de las Familias, con el voto mayoritario de cubanas y cubanos, se abría un nuevo camino de soluciones para numerosos problemas, que no contaban con un respaldo jurídico, imprescindibles para el desenvolvimiento soberano de las familias, al amparo de los principios de nuestra justicia social, contenidos en la Constitución de la República de 2019.
Según Mirtha Santiesteban Acosta, Jefa del Departamento de Registros Civiles y Notariales en la dirección de Justicia de Santiago de Cuba, “a los efectos legales fue un código que vino a reordenar el derecho de las familia en el país, porque contiene muchas figuras que cuando se aplican lo que hace es favorecer la vida de todos los ciudadanos, por eso se reconoce como el código de los afectos.
“Hasta ahora las cifras de trámites realizados, a tono con el contenido notarial, no son tan numerosas, ya que, por ejemplo, hasta cierre de octubre de este año solo se han realizado 20 matrimonios del mismo sexo, 9 de hombres y 11 de mujeres”.
Sucede que el objeto de las notarías y los bufetes no son iguales, de ahí que, “a instancia notarial corresponden, entre otros asuntos: las delegaciones de las responsabilidades parentales, referido a cuando la madre o el padre decide delegar facultades a otras personas; formación de matrimonios igualitarios, el reconocimiento afectivo y el divorcio notarial cuando se tiene hijos menores de edad y se escucha el deseo del niño”.
Aun el tiempo transcurrido no es suficiente para valorar la dimensión del impacto del Código, debido a que ha coincidido con una etapa muy compleja, que, con independencia de los trámites de necesaria resolución a nivel de familia, ahora no hay opción más importante que unirse para enfrentar las agudas carencias con determinación creativa.
El Código de las Familias es un referente legal de extraordinario valor histórico, aprobado por el pueblo, con el máximo propósito de proteger a todos sus componentes, sobre una sólida base de justicia y amor.
