El Día del Estudiante siempre llega cargado de connotaciones, esta vez, con el cambio mundial por la multipolaridad, el genocidio contra los palestinos, y en el contexto nacional, el 25to. Festival Nacional de Artistas Aficionados de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que se desarrolla hasta este 18 de noviembre en Matanzas con la participación de 380 representantes de 13 provincias.
Además, el Festival Universitario del Libro y la Literatura y al calor del 12mo. Congreso de la UJC cuyas asambleas municipales comenzaron por Palma Soriano y Santiago de Cuba; cómo repercuten los 95 años del natalicio del Che; los 61 de la Unión de Jóvenes Comunista y los 62 de la Organización de Pioneros José Martí; con las motivaciones de la próxima conmemoración del aniversario 65 del triunfo de la Revolución.
Sucede que ante la tensa situación económica que vive Cuba por el bloqueo, el vínculo más estrecho entre las organizaciones estudiantiles (FEEM-FEU) y la UJC, permitiría desarrollar un aporte real en las comunidades.
Las experiencias valen siempre, por ejemplo, las de Daniela Reyes, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media del municipio Palma Soriano, donde se rescató en la etapa de verano las Brigadas Estudiantiles de Trabajo, cuyos alumnos se fueron a las fincas para respaldar la producción de alimentos y acudieron a los huertos escolares, con plena conciencia de lo urgente que es para el país dicha tarea, ante el alza de los precios internos.
Los estudiantes en la llanura del Cauto se adentran hoy en internet y divulgan las tareas agrícolas, la producción de bienes y prestación de servicios, según Alejandra Lago, alumna de un preuniversitario rural donde se multiplican las motivaciones por el empleo de buenas prácticas en redes sociales, “para llegarles a quienes no se han sumado todavía al quehacer en el surco u otros escenarios, en los que la interacción generacional es vital, en pos de darles continuidad a tradicionales faenas y al proceso revolucionario.”
Para la futura logopeda Queysy Romero Álvarez vital en el estudiantado santiaguero y cubano, en general, funcionar en lo individual y colectivo, como organización, ya sea la FEU y la FEEM, porque “hay que tener responsabilidad real, ser la continuidad del Partido, y eso significa no dejar caer las banderas de la Revolución, hacer cada día y hora un país, pensar como él y gestionarlo por segundo, sin conformismos, es sentirnos útil como generación y no defraudar lo que tanto costó en más de doscientos años de luchas”.
No menos importante es la reflexión del joven Doctor en Ciencias Históricas Frank Josué Solar Cabrales, profesor de la Universidad de Oriente (UO), sobre la necesidad de no olvidar en estos duros momentos lo que aportaron los combatientes de la generación del centenario, el asalto al cielo, a ése cuartel Moncada que fue en su momento un lugar temido y vital para el régimen de Batista, pero de aquel 26 de julio salieron muchas lecciones para el estudiantado y de eso siempre habló la heroína Melba Hernández: ”Éramos tan jóvenes, pero osados, hablábamos de cosas sólidas, nada de tonterías ante la responsabilidad histórica que enfrentamos”.
La historia se repite y contextualiza el verso elegante y fiero, acusador y pleno de imagen y dolor, por ejemplo, hoy por el genocidio israelí contra la Franja de Gaza y la resistencia del estudiantado cubano ante el bloqueo. Es como si el mismísimo José Martí viviera estos años de caos como el 27 de noviembre de 1871 cuando fueron asesinados los ocho estudiantes de medicina y el Héroe Nacional escribió aquel poema que sentenció desde Madrid, España:
“…el espíritu crece,
el cielo se abre, el mundo se dilata
y en medio de los mundos se amanece”.
