Autor: Orfilio Peláez
Recientemente se registró un incremento de la actividad sísmica en la región oriental del archipiélago cubano. Así, por ejemplo, el 29 de octubre ocurrió un «enjambre» de movimientos telúricos al sur de la localidad de Moa, en los límites de las provincias de Holguín y Guantánamo.
Según precisó a Granma el doctor en Ciencias de la Tierra Enrique Diego Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico Nacional y vicedirector técnico del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais), fueron contabilizados alrededor de 400 sismos, tres de los cuales alcanzaron magnitudes entre 3,1 y 3,3, siendo el poblado de Yateras donde resultaron más perceptibles.
Recalcó el experto que esta constituye la tercera ocasión en que tiene lugar tan alto número de temblores de tierra a lo largo del presente año en la misma zona. Las dos anteriores se reportaron en los meses de abril y julio, con unos 500 en cada una.
Hasta el miércoles 1ro. de noviembre sumaban 4 083 los sismos registrados en el territorio cubano y áreas aledañas. Si bien la cifra puede parecer demasiado elevada, en Cuba el promedio anual de eventos telúricos de diferentes magnitudes varía de 5 000 a 6 000. La mayoría suele concentrarse en la región sudoriental, vinculados a la falla de Oriente.
El doctor Arango Arias consideró sumamente importante mantener presente la percepción de riesgo en la zona geográfica antes mencionada, pues la probabilidad de que ocurra un sismo fuerte allí es alta, tomando en cuenta que ya se cumplieron 91 años del terremoto de 7 grados de intensidad, que afectó a la ciudad de Santiago de Cuba, el 3 de febrero de 1932 (destruyó de manera total o parcial el 80 % de las edificaciones) y estamos transitando por el periodo de retorno o recurrencia.
«Por eso lo principal es reducir la vulnerabilidad y evitar la construcción de viviendas que no cumplan con la norma cubana de construcciones sismorresistentes nc 46:2017».
FORTALECIMIENTO TECNOLÓGICO
Fundado el 3 de febrero de 1992 (su nombramiento oficial se hizo en 1999), el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, radicado en Santiago de Cuba, tiene la misión fundamental de garantizar el monitoreo y análisis de la actividad sísmica en la República de Cuba, como sistema de alerta temprana de terremotos y tsunamis, tributando esa información a los organismos decisores del Estado.
Igualmente, contribuye a la mitigación del riesgo sísmico mediante la realización de investigaciones sismológicas y geodinámicas fundamentales.
Asume, también, el desarrollo de software para la visualización y el acceso a la información sismológica, a través de su página web www.cenais.cu, los análisis espacio-temporal-energéticos de ocurrencia de temblores de tierra y el monitoreo de las variaciones súbitas del nivel del mar, que pudieran indicar una alerta de tsunamis.
Como precisó el doctor Arango Arias, el Servicio Sismológico Nacional de Cuba (SSNC), es el soporte tecnológico, conjuntamente con sus recursos humanos, de los Sistemas de Alerta de sismos y tsunamis en el país.
«El SSNC cuenta con 21 estaciones sismológicas que registran la actividad sísmica de manera permanente, más una instalada de forma provisional en Puerto Padre, para apoyar el monitoreo de ese indicador en la zona norte de Las Tunas.
«Todas transmiten en tiempo real a la central situada en la ciudad de Santiago de Cuba, y a otra instalación similar de respaldo, ubicada en la ciudad de Holguín.
«Ocho de ellas, lo hacen también en tiempo real al Consorcio iris, radicado en ee. uu., para ser utilizadas por otros centros sismológicos del mundo. Excepto las de Moa y Cascorro, las restantes operan con energía solar».
Precisó el doctor Arango Arias que el Cenais está inmerso en un proceso de completamiento de la red de estaciones en la región centro-occidental del país, mientras ya se encuentran microlocalizados nuevos sitios en el municipio especial Isla de la Juventud, Pinar del Río, Corralillo y Esmeralda.
Indicó que en esos lugares solo falta finalizar la parte constructiva para colocar los nuevos equipos. La estación artemiseña de Soroa, la primera instalada en Cuba en el año 1964, debe recibir en poco tiempo un nuevo equipamiento adquirido a través de un proyecto internacional.
El propósito de esta modernización consiste en servir de base para emprender próximamente estudios de paleosismicidad de la falla Pinar, principal estructura sismoactiva del occidente cubano, subrayó.
Un paso clave en el fortalecimiento del SSNC lo constituye la implementación, desde 2017, de una red de acelerógrafos en las ciudades de Santiago de Cuba y Guantánamo, cuyo objetivo es determinar las aceleraciones del terreno en el momento preciso de ocurrir un sismo moderado o fuerte.
Hasta el presente suman 27 los equipos instalados en Santiago, más uno en Guantánamo. Asimismo, cuentan con acelerógrafos las localidades de Caimanera, Pilón, Varadero y Mariel, así como en Moa, Las Mercedes, Río Carpintero y Maisí.
La importancia de la referida tecnología, puntualizó el doctor Arango Arias, radica en que, si sucede un terremoto fuerte, podemos tener los valores de aceleración del terreno en diferentes puntos de la ciudad.
Esa información representa un conocimiento imprescindible para futuras acciones de planificación urbana, además de propiciar la realización de estudios enfocados en determinar el comportamiento de las ondas sísmicas en cada lugar, y saber de esa manera cuál es la respuesta del suelo, cuestión sumamente importante en el diseño y levantamiento de nuevas construcciones, subrayó.
El experto dijo que, dentro de las herramientas tecnológicas disponibles en el Cenais, figura una estación permanente del Sistema Global de Navegación por Satélite, la cual permite calcular el movimiento absoluto de la placa de Norteamérica, a la que pertenece Cuba.
Desde 2018, y como parte de un proyecto internacional en colaboración con instituciones francesas y cubanas, los especialistas del Cenais empezaron a realizar mediciones en diferentes puntos de la región oriental, a fin de poder determinar la dinámica de la litosfera en esa zona de la placa de Norteamérica, y valorar si está registrando una deformación importante en relación con el límite de placas, indicio premonitor de la probable ocurrencia de un sismo moderado o fuerte.
